Pues sí, sere utópica. O una idealista. Y pienso seguir siéndolo mientras la vida me deje, y ojalá que después también, ojalá que aunque la vida se empeñe en no dejarme, aunque sólo sea por el paso del tiempo, tenga fuerzas para seguir siéndolo…
Y cada vez que en una conversación quieran acabar mis argumentos con «es que tu eres una idealista» (leáse vives en los mundos d yupi, no te has enterado de qué va la vida, ya estás tú con tus inventos, o cualquier otra frase similar) no será una forma de anular mis argumentos sino de revalidarlos.
Y pienso seguir diciendo que mi ilusión es tener 6 hijos y dar la vuelta al mundo con ellos. Aunque al final me quede en 2 y lo más que llegue sea a pasar un fin de semana en París. De ilusiones también se vive, y por ellas y para ellas.
Y sí, para mí, tener 6 hijos es mucho más bonito, más enriquecedor, muuuy cansado, muy empobrecedor económicamente hablando y muchas más cosas, pero si es mi vocación pues intentaré seguirla hasta donde pueda.
Todo el mundo me decía que me esperara a tener uno para ver lo que era, que se me iban a pasar las ganas de tener hasta el segundo y ha sido más bien al revés. Y os aseguro que no me ha tocado el niño trampa, ese tan bueno que no te enteras de que lo has tenido…
Bueno y a lo que iba, seguiré siendo una idealista y más aún en la educación de mis hijos aunque desde ya, con 23 meses, siento que he claudicado en algunas cosas. Porque vivimos en sociedad, porque no soy la única responsable de este niño… -escribe aqui tu excusa– porque me ha entrado miedo.
Este verano, aunque una amiga piense que estoy obsesionada con los colegios, no es eso, es que 9 de cada 10 por no decir 10 de 10 personas con las que me he encontrado me han hecho las siguientes preguntas. En este orden:
– Qué edad tiene? Ah, está muy espabilado, no?
– Va a la guarde? Noooo???
– Y este año tampoco??
– Y a qué cole lo vais a llevar?
Y ahi ya es donde…
O estamos entre x, x o y o si me quedaba un rato hablando con esa persona y para hablar de otra cosa hablo de eso, preparate.
«Pues por mí no lo llevaría al cole, no te digo nunca pero al menos hasta los 6 años fijo».
Que no es que tenga nada en contra de los colegios, sólo que tampoco veo la necesidad (aclarando que por mis horarios de trabajo, a mí el cole no me resuelve nada)
Y luego no lo llevaría a un cole convencional, me gustaría para ellos esa educación alternativa, tan nombrada últimamente, sin tantos libros, tantas normas, tantos deberes, tanta competitividad… desde que tienen 3 años!
Y también puedo escribir aquí mi excusa, Pero claro, en Córdoba…
Y otra vez sería miedo. Porque sí hay cosas, hay iniciativas, intentos pequeñitos de gente que piensa igual.
Pero como dice @elhombremásguapodelmundo mi hijo no es un banco de pruebas.
Y sí, es cierto que:
El que no se arriesga no gana;
La vida es de los valientes;
Siempre tiene que haber una primera persona que haga algo;
Y asi miles de frases de libros de autoayuda, en las que creemos… hasta q nos toca cumplirlas.
Y aquí además no soy ya la que me arriesgo, aqui hago que se arriesgue un niño ¡de 20 meses! al tomar una decision por él. Como tantas otras que tomamos al cabo del dia, está claro.
Pero me entra el Miedo. Un miedo mucho más grande que si fuera yo la que me arriesgara, un miedo que no sé si soy capaz de asumir aún a pesar de tener que renunciar a alguna de esas utopías…
Porque al final, con mucho padres de los que hemos hablado, la charla ha sido muy similiar; empezamos nombrando los 2 o 3 colegios más o menos convencionales, más o menos comunes en nuestro círculo y los mismos argumentos de siempre para cada uno. Pero, ¿y cuando te sales? Y cuando dices que ninguno de esos te gusta porque no te gusta, yo que sé, esa manera de llevar a los niños con la lengua fuera, ese correr? Ese, como decía un amigo, meterlos a todos en la misma autopista, ponerles vallas opacas a los lados porque a los lados no hay nada y empezar a empujar?
¿Y cuando dices que eso no te gusta, que no crees que realmente sea lo mejor para ellos pero que tampoco crees que sea lo que la sociedad necesita?
Que hablamos que un cole nos gusta más porque saca mejores medias en selectividad, pero ¿eso es de verdad lo que busco para un hijo que es un bebé aún?
Y si mi hijo tiene un don (soy de las convencidas de que todo el mundo tenemos uno, que a todos hay algo que nos apasiona, se nos da bien y por lo que no nos importaría pasarnos muchas noches sin dormir) para pintar, para el dibujo, para la música, para los videojuegos, para los deportes, para cualquier cosa que no se mida en selectividad? ¿Entonces qué? ¿Tooodo el dia diciéndole que no a eso porque «hay que aprovechar el tiempo para estudiar»?
Y es que este padre tenía 3 hijos y resulta que los dones de los 3, ninguno eran de los que se potencian en el cole. Y que tiene que estar tooodo el dia diciendo
deja de cuando ve que el niño disfruta, que se le da bien, que es algo positivo. Pero no,
ponte mejor a hacer quebrados que hay que llegar al curso que viene preparado. Más preparado que los demás si se puede.
¿¿Y PARA QUE??
Después de estas reflexiones, ya se han dejado de barajar esos 3 coles más típicos y pasamos a la siguente frase:
Si, pero no hay colegios que sean así.
Los hay. Nos gustarán más o menos, los tendremos más o menos cerca, serán más caros-hippies-elitistas-diferentes o lo que sea, pero los hay.
Elimina la excusa de que no existen.
Deja de culpar la sociedad de que lo único que nos ofrece es lo otro.
Y por qué no lo llevas allí?
Pues porque SOY UNA
MIEDICA.