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#losmartesconCarlos; Hoy leemos sobre crianza

El otro día nos preguntábais cuáles eran esas lecturas que nos iban ayudando a cambiar nuestra forma de ver la crianza (digo crianza y no educación porque esta ultima tiene unos matices que no siempre me convencen…)
pues la verdad es que este último año han sido muchas y muy varidas, y por supuesto la mayoría no las tengo guardadas…

En un principio fueron más de crianza con apego (de la que se autodenomina con apego, una crianza respetuosa con los ritmos del niño, aunque yo estoy convencida que con apego son casi todas, por no decir todas; que todo el mundo trata a sus hijos con el máximo cariño y pensando que hacen lo mejor para ellos) pero muchas lecturas se repetían, y en bebés acababan siempre hablando de lactancia prolongada y a demanda, porteo, colecho y en general mucho contacto.

Como en todo, hay cosas con las que estás más o menos de acuerdo, y luego adaptas a tu vida. Pero en general, es una línea que me gusta.
 

Ahora las lecturas van un pasito más allá, se meten más en la época de educación formal/formación académica y la verdad es que leo de todo, desde esta familia que en vez de ir al cole recorren el mundo con sus hijos (me fliparia esa idea ;))

La vuelta al mundo en familia

 a cositas un poco más aplicables en el día a día; algunos de estos blogs que me han gustado especialmente son:

Tigriteando

Ahora mismo es uno de mis blogs de lectura diaria! y como en todo, aunque haya cosas de su vida que coincidan más o menos con la mía, casi siempre saco buenas ideas de DIY, de actividades para hacer con niños, de formas de resolver conflictos, etc.

Shikoba kids 

Quizás lo sigo menos pero me gustó especialmente este post sobre Montessori

De mi casa al mundo

Tienen una hija que va a un colegio Waldorf, y es familia de acogida, algo que también yo me he planteado más de una vez…

 Este post sobre sus ideas antes y después de tener a su hija me llamó especialmente la atención,

Vale, esto tampoco lo podemos hacer todos, un año sabático para conocer distintas escuelas por toda Europa y América:

 Esto no es una escuela

pero me gusta leerlo 😉

En general todos hablan de esa crianza respetuosa; no en todo estoy de acuerdo con ellos, obviamente cada uno tiene luego su opinión pero me gusta leer cosas tan alejadas en principio de mi punto de vista porque así me lo hace ver desde fuera, me hace plantearme cosas que jamas habría pensado, y porque de la otra gran opción, el conductismo, necesito leer menos puesto que lo conozco bien.

No creo equivocarme mucho si digo que la mayoría de nosotros ha estado educado así, y que funciona, claro que funciona! Si funciona hasta con los perros!

Pero para mí la cuestión es que no es solo funcionar, hay algo que no termina de convencerme en el conductismo, no es que sea malo, creo que es precisamente que aplica a las personas las mismas técnicas que a los animales y obvia un poco nuestra capacidad de pensar/razonar/decidir/querer cosas diferentes al alimento, lo que no pasa en los demás mamíferos.

En fin, no leo conductismo porque creo saber bastante acerca de él, y porque inevitablemente lo uso, a diario, es lo que me sale espontaneamente! Para los otros enfoques me tengo que esforzar…


Si le echáis un vistazo, ¿nos contáis qué os parecen?

P.D.: Eso son blogs, otro día si queréis os dejo algunos artículos que me han gustado especialmente y guardo para releerlos de vez en cuando.

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Ñam Ñam Unaporuna

#losmartesconCarlos; Pensando en alto mientras cocinamos

Que #losmartesconCarlos están cambiando es algo que seguramente ya habréis notado; publico menos fotos actuales, tiro de archivo, etc. y no es que ahora no haga planes con él, al revés, en mi opinión ahora hacemos cosas mucho más divertidas! Pero entre que yo tengo menos energía y él tiene muchíiiisima más (si esto era posible) tengo más fotos de móvil y  movidas que otra cosa.
Y encima cada día intento proponer menos, lo dejo más a él decidir a qué vamos a jugar y claro, no suelen salir DIY muy estructurados como para hacer un post 😉
Si queréis otro día os cuento mi opinión acerca de la importancia del juego libre, que la semana pasada fue el día internacional del juego pero como estábamos de feria, se nos pasó.

Ahora lo que más le propongo son recetas, porque es algo que a los 2 nos divierte, él está un ratito sentado, que no viene mal, y aprovechamos para hacer la comida o algo para desayunar.

Y cómo es que le propongo menos cosas, es por falta de interés o de iniciativa? Pues que va, es precisamente por lo contrario, porque cuanto más leo acerca de crianza más cambio la forma que yo tenía de ver las cosas.

El otro día hablaba con una amiga que no se puede juzgar a nadie (más de lo mismo, sí, pero no viene mal recordarlo de vez en cuando), ni siquiera se puede decir cómo actuarías tú en una detarminada situación, porque hasta que no estás en ella, con todos sus condicionantes detrás, no lo puedes saber 100%.

Bueno, eso lo decía ella, porque yo con esto último no estoy del todo de acuerdo; sí en muchas situaciones pero en otras creo que no. Creo que sé lo que haría. Creo.
El caso es que le conté que yo estoy siendo una madre muy muy diferente de lo que siempre había pensado. Mucho más «permisiva», mucho menos estricta. Y lo «peor» de todo es que me gusta.
De hecho me dedico a buscar lecturas y sitios donde aprender a ser menos estricta aún.
A que me enseñen, porque yo no sé.

Que me enseñen, por ejemplo, a controlar el enfado; Carlos aún es pequeño y no me enfado con él pero conociéndome y viendo/sospechando el camino que lleva su carácter, los choques entre nosotros no van a ser nada raro. Y no quiero pasarme la vida enfadada con él, no quiero que esa sea mi forma de criarlo.

Resulta que yo creo que en el carácter ha salido a mí (ojalá me equivoque) y, por una parte aunque esa sea su carga genética, no quiero que se una mi mal ejemplo, y por otra, creo que la que tengo que hacer el esfuerzo soy yo, puesto que soy la mayor, la más madura de los 2 -en teoría- y la que he decidido traerlo a este mundo sin preguntarle a él.

Así que hoy por hoy, pretendo aprender a ser yo la que no se enfade, la que mantenga la calma y respete más sus emociones… a ver qué soy capaz de hacer. (Detrás de esto hay toda una reflexión acerca de darle a los niños un sitio al mismo nivel que el tuyo… larga y compleja aún para mí)

Al menos siempre tengo tiempo de cambiar de opinión 😉

Y hasta aquí mi reflexión maternal de hoy, jjj, os dejo unas cuantas fotos más de Carlos haciendo esta receta de la pizza más fácil del mundo.

Sólo llegamos hasta extender la masa porque en el momento de poner el tomate frito (que para más inri era la primera vez que lo probaba) coger el móvil sin que acabara sumergido en salsa de tomate se convirtió en algo muy poco probable. Pero fue la parte más divertida, claro.

Ya seguiremos con estas charlas, de las que me encantaría saber también vuestra opinión (como ya hemos dicho otras veces, lo mejor sería alrededor de una mesa y con un café delante pero a falta de rato…)

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Unaporuna

Empiezan las CENAS DE VERANO

Llevo una época (y ayer y hoy especialmente) de, como diría mi querida Bei, burnout bloggero; vamos, que estaba quemada, pensando en dejar de escribir un tiempo, por muchos motivos y ninguno en concreto… serán las hormonas que me traen loca y me  vuelven a dejar hecha polvo justo cuando creo que estoy remontando (como dice @elhombremásguapodelmundo, todo lo que nos pase a las mujeres de los 12 a los 50 años es debido a las hormonas -nosotras pobrecitas, no tenemos responsabilidad alguna en ello 😉 – o a la falta de ellas).
Total que sí, que me alteran el ánimo y cuando más contenta y feliz tendría que estar, resulta que la mayor parte del día sólo quiero meterme en la cama con un paño de agua fría sobre los ojos. La alergia y los olivos de mi ventana también están ayudando. Mucho.

 Menos mal que enciendo el ordenandor después de una siesta (a las 12 de la mañana aprovechando la de Carlos), me encuentro estas fotos y, de repente, me animo:

Si aún tengo muchas cosas que enseñaros! Y me entran ganas de volver a hacer cenas en casa, ahora que viene una época que me encanta para aprovechar el jardín y, además este año, tenemos porche!
Definitivamente hay que inagurarlo, tenemos muchas invitaciones pendientes…

 Voy retocando las fotos (muy malas y muy oscuras, sí, pero es que entre que no sé hacer fotos de noche, no me gusta el flash y que cuando hago una cena en casa al final siempre me entran las prisas y le dedico 3 minutos escasos al «reportaje»… ),

 y me voy animando. Y voy apuntando la lista de gente a la que quiero invitar (T. L. tranqui que tú estás el primero!) para cuadrar fechas,

Aunque sé que cuando se despierte Carlos y volvamos a salir al jardín, al sol, se me vuelva a poner la cabeza como una olla a presión y los ojos no quieran abrirse, pospondré otra semana más los planes…

  

Menos mal que aún tengo cosillas del año pasado sin publicar ;)! Esta cena fue un poco más formal pero pronto os enseño otra más divertida y que se prepara en un momento.

 Aquí, como aún no habíamos ahorrado para el porche usamos unos muebles que heredamos de nuestra casera y que este año hemos vuelto a encolar a ver si dan unos cuantos veranos más.

Los 2 cajones del escaparate de Springfield, una mesita vieja de mi madre; telas antiguas, velas y nuestras luces de verbena,

¿Te vienes a cenar?
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viernes=café bloguero

Otra semana que nos apuntamos a los cafés blogueros, a las mañanas tranquilas de hablar de todo un poco (un ratito sólo, el del café, que luego hay que prepararse para el fin de semana 😉 )

Si estuviéramos tomando un café os comentaría que no me gusta mucho esta frase que ha circulado esta semana por las rrss,

No se deciros porqué pero hay algo que me rechina de ella, quizás sea que el ingeniero que trabaja en McDonalds tampoco quiero que sea el ejemplo para mi hijo, y no tengo nada en contra de los ingenieros, que me toca de cerca ;), y mucho menos en contra de trabajar en el McDonalds.
Creo que es algo que va más allá, algo no funciona en una sociedad cuando una persona estudia 6 años como mínimo para poner hamburguesas; yo no quiero inculcarle a mi hijo que hay que hacer una carrera sí o sí, mucho menos que ésta tiene que ser superior y bien reconocida como puedan ser las ingenierías; estoy convencida que de ahí parten muchos problemas. Yo quiero que mi hijo sea ingeniero si es realmente su vocación y está dotado para ello, pero me encantaría que fuera un estupendo cocinero si es lo que le hace levantarse por las mañanas con ganas de ir a trabajar, o que trabajara en un taller de coches, que de momento lo que le gusta es atornillar y desatornillar ruedas.
Yo lo que realmente quiero es que sea feliz, oponiéndome una vez más al título de este artículo que no digo que no esté de acuerdo en algunas de las cosas, pero la secuencia lógica me falla y si tengo que elegir, los quiero felices, por favor.
Si estuviéramos tomando un cafe os contaría que ésta no ha sido una semana fácil para #elhombremasguapodelmundo, y que mas allá de la preocupación lógica cuando las cosas se complican en tu trabajo, me ha gustado especialmente su forma de repetir que «esto está mal montado» refiriéndose al mundo en general, a lo que yo especifico, la sociedad occidental que tanto defendemos, y dale con que la abuela fuma, más de lo mismo de ahí arriba.
Y por cambiar un poco de tema, os enseñaría también la carta de una niña de 11 años que nos mandó ayer mi madre, corta, simple y tan difícil de hacer propia.
Pero si estuviéramos tomando un café no sería un café triste, eh? Que ha sido una semana estupenda! Y nos espera un finde más estupendo aún, D.m…

Os enseñaría también alguna foto del fin de semana pasado, que estuvimos en el campo con los primos y Carlos aún se levanta preguntando por las gallinas,

Y os enseñaría otras fotos más chulas aún, que esta semana he estado practicando con un modelo ???

Si estuviéramos tomando un café y fuera en mi casa no me quedaría mas remedio que invitaros a un trozo de la cookie de chocolate gigante que he preparado para llevarnos al campo, pero como es virtual, os tendréis que conformar con las fotos y la receta que subiremos la semana que viene ;P
Si estuviéramos tomando un cafe tendría que enseñaros 2 cosas que ha aprendido Carlitos esta semana, una de ellas es cocinar…

(Nadie supo nuestro secreto hasta que las patatas ya estaban en la barriga de todos)
Y la otra es dejarme con la boca abierta eligiendo siempre las piezas color mint!! Yo creía que no distinguía aún el rojo del azul y de repente le dejo 150 piezas de colores y elige las que le gustan…

Varias veces!!

 El @hombremásguapodelmundo está preocupado porque ya distingue más tonos que él 😉
Y por último no puedo acabarme el café sin contaros que tenemos nuestras primeras mascotas!

Ayer las sacamos a pasear, les dimos de comer espinacas, los pusimos en un charco para que bebieran agua (aún no descarto que alguno se haya ahogado) y volvimos a guardarlos en su casita; el paseo tampoco fue muy largo…

Y en la recta final tuvimos que acercarles un poco la casa, que ya no podían más 😉

Ah! Y que ya tengo mis 2 libros de marzo, El tambor de hojalata (#12meses12librosbuenos) y Las noches azules, que tenía gana de leer desde que lo recomendó el guardian entre el centeno.
Y ya voy enjuagando las tazas que se me hace tarde, hay que preparar las bolsas, el pan para las migas y la lista detemas profundos   para un fin de semana de primos sin cobertura (por lo visto sólo se coge algo de cobertura en uno de los cuartos de baño, sentado y orientando bien el móvil…)
Asi que nos despedimos hasta el lunes… Que disfrutéis!!
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Del porqué escribo más que hablo…

Ya os avisaba aquí que las charlas del verano darían para algunos post

Y antes de lo previsto ha llegado éste porque mi madre ayer también me dijo que X estaba muy extrañada, con lo reservada que es Marta y la cantidas de cosas que cuenta en su blog…
Pues sí, en parte porque me gusta mucho más escribir que hablar, siempre ha sido así, me siento más cómoda y además se me da mejor.
Le contaba yo a M que cuando son post de reflexión a menudo es como si los escribiese para mí misma, cosa que he hecho mchas veces antes de tener el blog, para desahogarme, para aclarar mis ideas o simplemente porque disfruto escribiendo.
Creo que ya os conté que cuando leo, aún más. No sé qué extraños mecanismos se activarán en la mente para que me salgan las frases más fluidas y más estructuradas.
A lo que iba, que voy escribiendo reflexiones para mí misma y cuando acabo, sin pensármelo mucho, le doy a «publicar». Y no me paro a analizar quien habrá al otro lado de la pantalla, quién va a leernos o quien no.
De hecho, segun qué cosas, no me imagino leyéndolas a determinadas personas . Así que intento no imaginármelas.
Delante del papel creo que es cuando soy más yo. O más cerca al yo que yo misma me creo, claro.
Estoy más cómoda escribiendo porque me expreso mejor pero también porque no tengo el miedo a que al otro no le esté interesando. O le esté molestando, o le importe 3 pimientos y esté aburrido de escucharme.
Si le cuento una historia a alguien siempre tengo la cosa de que me esté escuchando por compromiso y en realidad no le importe nada y querría estar hablando de otra cosa; así, si lo escribo en el blog y alguien entra a leerlo, por un lado es totalmente voluntario, entiendo que entrará sólo el que quiera leer nuestras historias. Y por otro, en el momento en que se aburra o pierda el interés (o le surja otra cosa que tenga que hacer en ese momento) puede dejar de leer. Sin compromiso alguno y sin que podamos sentirnos dolidas.
Y también sin tener que contestar, que a veces no hace falta…

También estaba el tema de subir fotos de los niños o no. Nosotras solemos subir más a Instagram, por ejemplo, que mandarlas por whats app, pero es por el mismo motivo; si yo le mando a alguien una foto de mi hijo por whatsapp, lo normal es que «se sienta en la obligación» de decir ay, q monoooo o cualquier otro piropo que puede que le salga del alma… O puede que no.
O puede que le parezcamos muy pesadas todo el dia haciéndole fotos al niño y que esté harta de verlo haciendo todas sus gracias. Lo mismo que si la envías a un grupo de esos.
 
Aquí, el que quiere las ve, al que le parecen un rollo cierra el post sin haberlo terminado y nadie se siente en la obligación de comentar (aunque por supuesto siempre se agradecen tooodos vuestros comentarios, eh? que hace mucha ilusión saber que estáis ahí!)
Y ya que hablamos de las fotos de niños, lo de sacarlos mucho, poco o nada en redes sociales… Yo no soy nada aprensiva para estas cosas y no creo que sacar fotos de un niño en redes sociales vaya a aumentar las posibilidades de que un día le hagan algo. No me gusta, ni ser mal pensada y creer que siempre hay gente dispuesta a hacerle algo malo a los demás, ni estar todo el día preocupada por todas las cosas malas que pueden pasar; Obviamente es una opinión personal y hay que respetar al que no quiere sacar a sus hijos (por eso para todos los niños que alguna vez han salido, siquiera nombrados aquí, teníamos permiso de sus padres).
En cuento a que Carlos salga en el blog sí que le dimos muchas vueltas porque esto no es un blog de maternidad, ni de niños propiamente dicho, pero si nuetro blog es un pequeño diario de las cosas bonitas que encontramos por la vida, qué  menos que sacar de vez en cuando lo más bonito que nos ha pasado, ¿no? (qué cursi me ha quedado, jeje). De ahí surgieron #losmartesconCarlos, un día a la semana previamente establecido para que, el que no tenga gana de ver fotos de #padresquebabeanconsuhijo ya sepa que los martes no son su día de ver el blog 😉

Y por último, Instagram, esa red social que se ha convertido sin duda alguna en nuestra favorita (y casi en la única que usamos). Y uno de nuestros propósitos de este año, #365instantes, una foto que refleje algo de cada día de esos 365.

Si el blog sirve de desahogo, de expresión ante el mundo, IG es un proyecto más personal; es una forma de ir guardando fotos de los momentos más importantes, divertidos, emocionantes o que simplemente nos gustaría recordar. Los guardamos en la retina, sí, y en el siglo en el que estamos, porqué no también en la nube. Un rinconcito donde tener un resumen de nuestro año en imágenes.
 

 Por lo tanto, la mayoría de las fotos son muy personales. No es tanto el enseñarlas como tenerlas todas seguidas para cuando yo quiera verlas, ordenaditas con sus etiquetas, etc. Es un forma de obligarme a hacer lo que de otra manera siempre voy dejando, ordenar y clasificar fotos. Así, al menos del móvil, voy eligiendo una cada dia…

Y por último, se que hay personas a las que le encanta tener todos o casi todos los días una foto de Carlitos, y pienso concretamente en mi madre y en mi abuela (y en @zamoranodíaz, jajaj), que tienen IG básicamente para eso, porque no siguen a nadie más, jeje. También para ellas son las fotos.

Ha salido un post larguísimo, luego mi hermana me riñe porque a la gente eso de leer tanto seguido… Pero es que, como ella misma diría, la cabra tira al monte, jajaj! El próximo prometo más fotos.

Hasta mañana!