orégano – La vida es como montar en bicicleta

Hace unos meses os enseñábamos nuestro huerto de invierno ; aunque la experiencia no acabó muy bien porque tuvimos una plaga que sólo dejó los esqueletos de las coles, nos quedaron ganas de repetir.

Lo empezamos un poco tarde de fechas, pero esta vez cogimos cañas para guiar las tomateras y todo,

y nuestro padre nos instaló un sistema de riego por goteo gracias al que no salgo corriendo cada 2 o 3 días pensando que he matado a todas las plantas de sed,

Mirad como se ha puesto!

De la plaga del invierno sólo se salvó el orégano, que no debió gustarle mucho a las orugas, y que desde que tiene el goteo está encantado, y nuestras pizzas caseras aún más!

Distintas variedades de tomates,

Pimientos,

Berenjenas…

En general el huerto de verano suele ser más apetecible que el de invierno,

Especialmente por los tomates, que al comerlos crudos es cuando realmente se nota la diferencia entre algo cultivado en casa, sólo con sol, agua y buenas palabras (lo que me faltaba a mí es charlarle a los tomates, con lo que yo valoro el silencio 😉 )

Y con este ayudante de recolector os podéis imaginar lo tranquilo y silencioso que resulta cosechar…

Parte de nuestra cosecha lista para llevar a casa de unos amigos:

Nos encanta el huerto, nos encanta tener una pequeña cosecha y nos encanta pasar de

Ñam Ñam!

Y aún queda mucho por recoger 🙂

Huerto de invierno

En nuestra casa nueva tenemos un huerto pequeñito, en el camino de entrada,

siete surcos con las cosas que más nos gusta comer,

Rabanitos, zanahorias, rúcula, coles, lechugas, habas, orégano para nuestras pizzas! Y espinacas, que nunca salieron.

Con sus cartelitos de madera, para que no se nos olvidase qué había en cada surco,

Cogimos una caja de frutas, de esas que tanto nos gustan, y la desarmamos para conseguir las tablitas; un poco de pintura blanca, una cuerda para atarlos y… Ya se sabe qué es cada cosa!

Rúcula, nuestro «verde» preferido, es lo primero q hemos probado y en breve cae receta de nuestra ensalada estrella 😉

De momento sólo ha necesitado unos cuidados básicos; su tierra de Pelayo, agua, sol y un poco de cariño. Esto sí que es ecológico, Paloma! Aunque ahora tenemos un pajarito comiéndose nuestros cogollos, a ver qué hacemos con él… estamos buscando alguna idea de espantapájaros que nos guste y no nos espante a nosotros cuando lleguemos a casa de noche.

Cuando lo encontremos os lo enseñaremos… y la cosecha, que ya estamos empezando a recoger algunas cosas!

¿Alguien por aquí que quiera probar nuestras coles? Es lo que más ha salido y #elhombremásguapodelmundo no está muy entusiasmado con ellas…:/