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De esos días

De esos dias recuerdo la losa que nos cayó encima, me recuerdo tiritando por los pasillos en silla de ruedas, con los ojos muy abiertos sin ganas de ver nada. Recuerdo sentir lástima de mi misma, una de las peores sensaciones que se pueden tener. Que alguien te dé pena es horrible pero si ese alguien eres tú mismo…

Recuerdo la conversacion más dura que nunca haya tenido con mi madre. Recuerdo que en ese momento me dió más lástima de ella que de mí.
Mi madre es muy de realzar lo bueno y casi obviar las cosas malas. Es de inventar antes que quedarse callada y de mirar el lado positivo por encima de todo. De vender la moto. De decir «que vaaaaa» cuando todos sabemos que es que sí. 
Cuando ante la peor pregunta que he tenido que hacer en mi vida, me respondió «no lo sé» fui consciente de muchas cosas 
(Lo primero, de que no lo sabia de verdad, creo que nunca la he creido como aquella vez) de que para ella, que creo que no ha dicho no lo sé en su vida (excepto cuando claramente no quiere contarte algo) aquella respuesta era doblemente difícil.
De que a veces no hay lugar para el optimismo. De que hay mentiras piadosas que no se pueden decir, ni siquiera mi madre puede. De que el corazón se puede encoger de forma física. De que en el fondo del hoyo, aún te quedan fuerzas para sentir lástima de la gente que lo está pasando mal por ti. De que en el mundo de los mayores, la crema Nivea y el vaso de leche antes de irte a dormir no lo solucionan todo, aunque yo siguiera poniéndome Nivea esos dias. Y tomándome la leche que me ponían, y la sopa de lluvia, y el pescado sin sal.
 Y así fui consciente también de que en los peores momentos la mente sigue funcionando. A ratos, incluso más rápido y mejor. 
Sobre todo cuando hay que tomar decisiones; decisiones que en conduciones normales te tomarian días de reflexion, decisiones que tomas en un segundo con la seguridad de que son las únicas posibles.
Recuerdo el olor dulzón.
Recuerdo la necesidad de pensar sólo en el momento, ni atrás ni adelante.
Recuerdo las lágrimas de aquella médico. 
Recuerdo la flores de mi hermana, sus tacones del primer dia, una llamada de mi padre, por la noche.
Recuerdo cómo entró mi madre en la habitación, a la vez que el sol, el amanecer del tercer día.
Recuerdo el rosario de Medjugorje, los paseos pasillo arriba y abajo, la boca seca. Recuerdo pedir agua cuando quería pedir otra cosa.
Recuerdo no querer pastillas, a Angela contándome  ootra vez que se había olvidado mi movil y mi ipad en su taquilla. Recuerdo a Angela, mucho.
Recuerdo muchos médicos que pasaron por allí a dar ánimos. No recuerdo sus caras, ni sus nombres, pero sí muchas de sus palabras.
Recuerdo que en esos 3 días vivimos mucho. Rezamos mucho, lloramos mucho.

Los 2 años.

Te recuerdo muchísimo, pequeño. 
FELIZ CUMPLEAÑOS

Cada día, más si cabe cuando el calendario me recuerda que estamos a mediados de Noviembre.
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viernes=INSPIRACIóN

Cuando los niños nacen los padres pasan, inevitablemente, a un
segundo plano. Todo se concentra en el pequeño: las atenciones, los
recursos, etc. Es algo normal, pero quizá deberíamos recordarnos a
nosotros mismos, de vez en cuando, la importancia de ser padres, en
especial la de la madre.


Tras gestarlo durante 9 meses sufriendo los dolores y las
incomodidades asociadas a los embarazos: y sobre todo el momento final del
parto, hace que tengamos a las madres en un pedestal. Por eso, el
primero año del pequeño debería celebrarse también como el primer año
como madre.


En esta campaña sugieren una bonita manera de celebrarlo. Tomad nota papás.

 María Zúñiga en La voz del muro
 
Parece que esta semana va de videos… Buen fin de semana a todos, nosotras vamos a ver si organizamos #elcumpledeCarlos ;)!

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#LosmartesconCarlos; El año que aprendimos a vivir contigo

En menos de una semana, si Dios quiere, Carlitos cumplirá 1 año! 12 meses que sin duda han sido los mejores de nuestras vidas, pero que también tienen sus momentos menos buenos, como siempre que te enfrentas a una situación nueva y tienes que adaptarte.

Hay quien se casa por ejemplo, o empieza a salir con alguien, y al principio todo es maravilloso, y es al cabo de un tiempo cuando empiezan a surgir roces y problemas por las diferencias de opinión, porque no te apetece pasarte la vida cediendo en las mismas cosas que al principio no te importaban…
Y otros lo hacemos justo al revés; para mí los comienzos siempre son lo más difícil, porque empiezo dando mi opinión el primer día, plantándome en lo que no quiero pasarme el resto la vida haciendo y «exigiendo» desde el principio. Suena chungo, lo sé, pero cada uno tiene sus manías… Al menos lo sé, y sé que es una racha en la que hay q amoldarse y que luego todo va mejorando…
(Aquí siempre me acuerdo de la historia del burro que te espera en la puerta de la Iglesia y le hago un guiño a una estrella)
Igual si  empiezo una carrera, o me cambio de casa… Los primeros tiempos no son los de la ilusión, son los del realismo de ver todos los fallos y lo que no me gusta. Luego solo queda mejorar 😉
Pues esto ha sido igual. Hace 11 meses el #hombremásguapodelmundo no sabía cambiar un pañal, le daña miedo sostener a un bebé, no tenía ni idea de lo que comen, ni de porqué lloran, ni cómo calmarles. Y yo tampoco.
¿Por qué todo el mundo asumió que yo iba a aprenderlo y para él es todo un mérito? Pero bueno, eso es otra historia, cada uno organiza su vida como quiere o como puede y yo desde luego sabía algunas cosas que quería… Quería una vida a medias, un equipo, un hijo de los 2, para cuidarlo entre los 2, disfrutarlo entre los 2 y quererlo entre los 2. Y no me gustaba la frase de que los hijos son de las madres. Y sigue sin gustarme, ni un pelo.

Mr. Wonderful
Y yo le he dado el pecho al enano, ¿eh? (Que es la excusa que muchos ponen, eso y la baja maternal…) Todo lo que he podido, y de hecho sigo dándoselo, con todo el apego (y la dependencia) que eso implica. Pero alimentarlo es una parte pequeñísima de lo que un niño necesita y todo lo demás, hoy puedo decirlo, lo hacemos los 2, entre los 2. O unos días uno y otros el otro, incluso muchos días uno y pocos el otro, pero sabiendo que el peso se lleva entre los 2. Que me puedo ir un mes, o 2 días o morirme (bueno, si te mueres no es tanto problema, siempre habrá manos para ayudar en situaciones límite), lo malo es irte un fin de semana de viaje con amigas o una semana de curso, y saber que no tienes que dejar nada preparado, que Carlitos va a seguir exactamente igual (espero que me eche de menos un poco 😉 ) va a tener su ropita limpia y planchada, y sus papillas hechas y previstas, y baberos cuando los necesite, y va estar igual que cuando estoy yo… pero más divertido porque papá juega mejor a coches y motos, y más abrigado aún, jajaj!
En estos meses nos hemos peleado mucho, más que cuando nos casamos incluso, porque ahora, además de adaptarnos a vivir con otra persona, resulta que la personita en cuestión es aún más exigente que su madre (jeje, la llevamos clara, y yo que quería que saliese a papá en el carácter…)

Y el cansancio añadido mina la paciencia, agria el carácter, empeora las contestaciones y te deja con menos fuerzas para reconciliarte.
Puedo colgarme la medalla de haber puesto más interés en ser un equipo, en que los 2 supiéramos hacer las cosas, en que los 2 estemos pendientes (de la cita del pediatra, de lo que falta en la nevera, de cuando hay que comprar pañales, de lavar a mano el bodi si al día siguiente hay que ponérselo otra vez, de que si nos vamos un fin de semana a la playa alguien tiene que hacer la maleta del niño que aún no se la hace el sólo!), en llevar el peso entre 2. Tengo paciencia para esas cosas (no paciencia para no enfadarme, de esa no ;), sino paciencia para día tras día luchar por cosas que a mi alrededor me decían que diera por perdidas, los niños son de las madres…), fuerzas para enfadarme 300 veces cada día y para darme cuenta de toooodo lo que falta por hacer a los 3 minutos de haber entrado en casa. Y para no sentarme hasta que no esté hecho entre los 2, aunque eso implique sentarme muy pocas veces, porque a veces se tarda más que en hacerlo tú mismo… Si, yo me he empeñado en esto y ahora puedo decir que creo que es posible.
Pero no me adjudico el mérito, qué va… Mucho, muchísimo más importante que todo eso ha sido la disposición, la actitud, la buena voluntad  del #hombremásguapodelmundo. Eso sí que es paciencia :)! Todo lo que yo me he esforzado en aprender (qué se le echa a las papillas, cada cuanto se le dá de comer, cómo se quitan las manchas, porqué llora por las noches) todo, es poco importante al lado de la buena voluntad. Ese es el arma del #hombremásguapodelmundo y al final, le funciona!
La eterna discusión: 
– Porque, tú sabes cómo hay que hacer esto-léase cualquier cosa del enano o de la casa-, te has preocupado por aprenderlo, has preguntado o mirado en internet o has probado? 

-No, pero tengo buena voluntad, no lo sé pero me gustaría aprenderlo.
Y aunque en ese momento yo eche sapos y culebras por la boca sé que en el fondo, ése es el camino.

 Y él también lo sabe 🙂
 Este primer año ha sido el de la adaptación, el de ir conociéndonos los 3, el de encontrar ese camino, nuestro camino. El que nos gusta a nosotros (y no tiene porqué parecerle el bueno a nadie más) y el que, ahora sabemos, nos hace felices.

No es fácil, o al menos no me lo parece a mí, hay que esforzarse para encontrar sendas que sean a la vez propias y compartidas, pasarse a ratos a las del otro, hablar, hablar y hablar. Y enfadarse a veces ;). 

Y no creer nunca que las cosas son así, es lo que hay. Si eres de los que no te importa conformarte, mucho mejor para tí, y para la otra persona, si es de verdad. Pero si crees que no es tu forma de ser feliz… Inténtalo de otra manera.

Merece tanto, tanto la pena…

Y sí, definitivamente  

DE MAYOR QUIERO QUE SEAS COMO TU PAPÁ,
tendrás muchas papeletas para ser feliz, y hacer felices a los que te rodean
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Los martes con Carlos… Y con Coco y Kylie

Se nos van quedando cosillas atrasadas sin enseñaros y de pronto alguien te pregunta dónde comprar un regalito original para un recién nacido y te acuerdas de aquel paquete que tanto te gustó…

El envoltorio ya nos llamó la atención, con la velita de estrella :)!
Y lo dentro, muy original y muy muy práctico!

La muselina de estrellas grises creo que es la prenda que más ha usado Carlitos desde que nació y aún no salimos de casa sin ella, ni en verano ni en invierno; la usamos tanto que luego mi hermana nos regaló otra beige!
El dado blandito, los trapitos que se pueden usar de cambiador, los jabones de colores! Chuches muy ricas… La verdad es que todo es mono, y se sale un poco de la típica canastilla rosa o celeste, por si tenéis alguna amiga menos clásica 😉

Con nosotros desde luego acertaron totalmente, se nota que nos conocen… Y menos mal que es mutuo porque tuvimos que imaginarnos quien lo mandaba, el remite sólo ponía:
       Besos desde Australia 
Pues besos de vuelta donde quiera que estéis ahora… Que esperamos que lo estéis pasando estupendamente ;)!

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Los martes con Carlos; #mehagomayor

 Hablaba con una amiga que acaba de tener un niño de lo que cambian, de lo rápido que pasan de ser bebés que sólo comen y duermen (y lloran y ensucian pañales) a ser personajillos.

Todas las etapas son preciosas y se disfrutan mucho, pero yo reconozco que ésta de ahora me divierte más; se pueden hacer muchas cosas con ellos, entienden lo que les dices y se hacen entender perfectamente, lo que quieren, lo que no les gusta… Y si encima está todo el día contento y partiendose de risa como este bichillo ???

Revisando anoche las fotos de las 2 o 3 veces que hemos ido al campo con él…

Qué cambio!

Desde que era moreno con los ojos negros, colgadito en su mochila,

Eso sí, lo de flipar con los animales no ha cambiado nada; desde pequeñajo se calmaba cuando veía un perro…

Qué pelón! Ahí parece el cachorrillo del rey león cuando lo presentan a los demás animales 😉

?

??

???

Y de repente el rubillo éste que parece que cada noche lo echamos en lejía,

(Por cierto que esta foto es SOOC, tal cual sale de la cámara, y el tono «verde chillón» como diria uno que yo me sé, de la hierba, es el que tenía!)

Ahora sigue yendo en brazos,

pero no para de cogerlo todo,

curiosearlo todo,

y SONREIR

Aunque definitivamente ésta es su expresión favorita, Uhhhhhhh, acabo de descubrir una cosa increíble

 que probablemente fuese una hormiga 😉

Me parece a mí que a este enano le va a gustar el plan de irse a Pelayo los fines de semana con el abuelo…

Post dedicado a la dueña de Pelayo, que dice que ve pocas fotos de Carlos…

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Voluntariado, Miedo y ese Ángel de la Guarda.

Hace unos años, cuando vivía en Madrid, hice voluntariado de niñas huérfanas durante un año. Uno o dos días en semana iba con dos amigas después de trabajar a un orfanato a jugar con niñas de otros países que sus padres no podían hacerse cargo de ellas y estaban bajo la tutela de unas monjitas. Nuestra labor allí era sencilla: estábamos un rato jugando con ellas (intentábamos organizarles juegos o actividades que les gustaran), luego las ayudábamos a ducharse y les dábamos la cena. El cariño que poco a poco ellas nos iban cogiendo a nosotras y viceversa no es comprensible para el poco tiempo que pasábamos juntas. Las más pequeñitas se agarraban a nuestras piernas cuando nos íbamos y no nos soltaban. Fue una experiencia que nos aportó más a nosotras que a ellas, de eso estoy segura.

Estas son algunas de las niñas con las que pasábamos las tardes aquellas de invierno, en las que jugar después de trabajar se convirtió en una bonita rutina.
 Mi familia siempre ha colaborado de alguna forma en voluntariados, especialmente mi hermana, yéndose a otros países a pasar unos meses ayudando en lo que hiciera falta. Eso os lo contará ella en otros post, porque creo que puede servir de ayuda a mucha gente con las mismas inquietudes que nosotras.
Pero desde hace unos meses y como mi horario laboral me lo permite, estaba buscando algún tipo de voluntariado en Sevilla. No sabía exactamente qué quería, si orfanato otra vez con niños o probar algo distinto. Mi hermana ha colaborado mucho con la Cruz Roja, pero a mí no me llamaba especialmente la atención. De entre todas las opciones que busqué, hubo 3 que me gustaron mucho: Niños pequeños que están en la cárcel porque sus madres están allí; orfanato o niños con cáncer. Esta última opción me la comentó mi prima y fue la que me atrajo en un principio.
Desde que tengo un ángel de la guarda ahí arriba, me ha cambiado la forma de ver la vida. Suena a tópico, pero es lo que a mí me ha pasado. Aquel invierno hace ahora dos años en el que tuve que entender  o intentar entender (aún no lo he conseguido) porqué un bebé con toda la vida por delante y con muchas ganas de comerse el mundo tenía que irse así de repente, me rompió en 2 partes. Fue un golpe fuerte contra una realidad a la que, afortunadamente, muchos no estamos acostumbrados. Y yo, que había tenido MIEDO siempre a todo, comprendí que el miedo es otra cosa. Y por supuesto que a veces se me olvida y vuelvo a sentir miedo por cosas que no merecen la pena. 
Pero el otro día, después de nuestra charla con una de las tutoras de la AECC (asociación española contra el cáncer) tuve claro que ése era el voluntariado que estaba buscando. Y encima me sentí egoísta, porque creo que me va aportar más a mí, que al paciente. Nos dijeron que para estar con los niños ya había demasiada gente y lo que se necesita de verdad es ayudar a las personas mayores. Escucharlas, animarlas, consolarlas e intentar transmitirles toda la energía positiva y las ganas de luchar que podamos. Ellos en la mayoría de los casos no quieren preocupar a sus familiares, hijos, marido o mujer, y buscan ese hombro donde poder llorar. Donde poder desahogarse, porque como ella misma nos explicó tienen mucho miedo a no poder vencer a su enfermedad, y no ver como crecen sus hijos.
Salimos de allí con el corazón en un puño, sabiendo que será duro, pero que es lo que queremos hacer, que se necesita y además estoy segura que cada día será un nuevo aprendizaje sobre eso que todo el mundo habla…sobre la vida.

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Los martes con Carlos; Being born is beautiful

Hoy un post cortito y con fotos de móvil, en parte para esto surgieron #losmartesconCarlos, ¿no?

A la vuelta del verano Carlos tenía un regalito esperando en casa, ¡¡su trona nueva!!!

¿A que es  ????
Hasta la caja en la que venía nos gustó tanto, tanto, que ya está colocada en el cuarto de Carlos para guardar sus juguetes:

Y así les dió Carlitos las gracias a A, Ch, M y C por su REGALAZO!

Hasta el martes que viene 😉