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#losmartescon2; Gofres

Ya sé, ya sé, nos pedís más recetas de salado y, si pueden ser light, mejor, pero es que a mí me divierte mucho más cocinar dulce! Y además me parece más fácil para hacerlo con niños 🙂
A diario es verdad que intento evitar tanto azúcar como harinas refinadas para los niños, y normalmente las recetas que os ponemos de tartas y esas cosas son con motivo de cumples, santos, reuniones con amigos y demás excepciones peeero tengo que reconocer que la receta de hoy la hicimos un día cualquiera para desayunar Carlos y yo solos, jj

Hacía un tiempo que habíamos comprado una gofrera y ese día era especial porque íbamos a estrenar nuestro porche, un pequeña zona techada que añadimos delante de la casa el verano pasado,

Ya lo habréis visto en otras fotos de la verbena de los 30, etc. pero éste fue el primer día que desayunamos nosotros dos en nuestra mesa de bobina que tanto tiempo buscamos hasta que mi padre nos la consiguió:

Bueno y a lo que íbamos, quizás no hoy ni mañana, quizás tengáis también que buscar una buena excusa para celebrar algo pero si os gustan los gofres, tenéis que probar esta receta!

Ingredientes:

El azúcar perlada nos costó bastante encontrarla aquí en España pero al fin dimos con ella en Carrefour 😉

Elaboración:

Primero mezclamos huevos, vainilla, sal, la mitad de la mantequilla y
la leche con la levadura previamente disuelta, batimos bien con las
varillas y vamos añadiendo poco a poco la harina. Tapamos con un paño y
dejamos reposar aprox una hora, hasta que leve la masa.

Luego
mezclamos con el resto de la mantequilla a temperatura ambiente y
añadimos el azúcar perlada. Amasamos y dividimos en bolas como de unos
100 gramos, y dejamos reposar media hora más (los tiempos de reposo siempre son un rollo pero son importantes para la textura final).

Por último calentamos la gofrera y vamos metiendo las bolas de masa unos 3-4 minutos cada una.

Y ya sólo falta buscaros un buen ayudante para hacer alguna foto antes de que desaparezcan:

 

 

Aviso importante: para que salgan bien la gofrera es fundamental; nosotros probamos antes con otros tipos, incluso con la sandwichera, y los resultados fueron bastante desastrosos, lo advierto.

Nada que ver con esta pinta:

Y desde aquel día que mandé alguna foto al grupo de whatsapp de mis amigas tenemos pendiente una merienda en casa a base de gofres y green smoothies, una combinación un tanto rara… 

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#hoycocinamos; Galletas de miel

Hoy pensando sobre qué hacer el post (tenemos pendiente algunos viajes, casas chulas, hoteteles originales y algunas recetas) @elhombremasguapodelmundo me pregunta,

– Receta, ¿de qué?
– De galletas
– ¿de esas marroncitas crujientes que hacéis últimamente?
– Sip
– Ese! con cara de estar relamiéndose
– Vale pero hacer el post de eso no hace que se materialicen y aparezca una bandeja recién hecha en la cocina, ¿eh?
– Bueno, por si acaso te entran ganas de practicar la receta luego 😉

Así que aquí va la receta, auqnue ya os adelanto que a las 1 de la madrugada que van a dar no me van a entrar ganas de encender el horno…

Es una receta que encontramos de casualidad aquí, buscando algo dulce para hacer pero que no llevase azúcar en exceso… o al menos que el resto de los ingredientes fuese «más o menos sano», ya que Carlos ha salido a papá y más a menudo de lo que me gustaría pide un «trocito de galleta, por favor».

El caso es que siempre nos pedís recetas saladas y acabamos poniendo
dulces… por una parte, nos gusta mas cocinar dulce (aunque nos guste
muchísimo más comer salado, qué raro, ¿no?), por otro, cocinar dulce es
más limpio y menos «pringoso» y por último, el salado lo hacemos y nos
lo comemos! No nos da tiempo a meterlo en una lata…

Los ingredientes originales son:

Aunque nosotros sustituimos el aceite de girasol por AOVE, y la harina la usamos siempre integral, que además las hace aún más crujientes!

Por un lado mezclamos el aceite, el azúcar, la miel, el huevo y la esencia de vainilla. Luego añadimos la harina mezclada con el bicarbonato y la sal, y batimos todo bien.
A nosotros nos suele quedar una masa bastante líquida, tanto que a veces tenemos que añadirle algo de harina para poder manejarla.
Con una cuchara vamos poniendo porciones en una bandeja forrada de papel de horno (hay que dejar bastante separación porque se pujan mucho en el horno). Según el tamaño de galletas que queramos ponemos más o menos masa para cada una; no sé porqué pero siempre nos salen más grandes de lo que habíamos calculado!

Por último espolvoreamos con el azúcar que más nos guste y horneamos unos 10 min a 180º. Los tiempos de horneado siempre son muy orientativos, os recomiendo vigilarlas cada poco tiempo y sacarlas cuando estén a vuestro gusto, que puede ir desde dejarlas menos para que queden blanditas o apurar un poco más, hasta que se agrieten un poco por arriba y queden crujientes (aunque al salir del horno parezcan blandas, al enfriarse se marca más el craquelado y se vuelven crujientes)

Ñam Ñam
Fáciles y rápidas de hacer… y más rápidas aún de comer! 

Por cierto, ¿podríais ayudarnos un poco y decirnos si os gustan más los viajes, las recetas o la decoración, para días en los que cuesta encontrar el tema??
Como siempre, mil gracias por seguir ahí!

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#losmartesconCarlos; Hoy cocinamos… FANTASMAS!

Aunque mucha gente relaciona los fantasmas con la noche de Halloween, lo cierto es que esta receta va a gustaros cualquier día del año 😉

 

La idea la sacamos de Pancracio, como tantas otras, sólo que tuvimos un pequeño problemilla al medir las cantidades para el merengue y no conseguimos que endureciera lo suficiente…
Ingredientes:

En la receta original los fantasmitas van sobre estas cookies pero nosotros teníamos en casa unos gofres que nos había traído mi hermana de Bélgica y que el enano busca la mínima ocasión para volver a probar,

 así que al final acabamos haciendo nuestra propia versión de gofres con chocolate y nata fantasmal:

 mucho más rápida que la original, nos limitamos a coger un bote de nata montada para hacer los fantasmas,

 y, eso sí, un poco de chocolate derretido con el que, con la ayuda de un palillo de dientes, hicimos las gotitas para los ojos y la boca de susto:

No es exactamente el tipo de recetas sanas que intentamos hacer juntos peeeero… Un día es un día ;)!

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Dos formas de hacer -y comer- MERMELADA DE CIRUELA

Ahora que aún es tiempo de recoger algunas frutas os vamos a contar un plan que nos encanta y que posiblemente repitamos este fin de semana si el tiempo (y Martín) lo permiten; se trata de salir a dar un paseo por el campo con nuestra cestita a recoger frutas, semillas, setas o cualquier cosa con la que luego podamos cocinar algo rico:

Esta mermelada la hicimos el año pasado con ciruelas que recogimos de casa de la abuela; tiene un ciruelo pequeñito pero no sabéis cómo cunde, en un ratito cogimos 2 bolsas llenas y antes de que se nos pusieran malas, como no nos daba tiempo a comernoslas todas, decidimos usar las más «pochas» para hacer mermelada,

La receta es bien fácil:
Lo primero es lavar bien la fruta y quitarle los huesos; luego la troceamos (nosotros preferimos no pelarla porque así tiene más fibra… y es más rápido 😉 y
ponemos en un cazo casi la misma cantidad de azúcar que de ciruelas
(700-1000g azúcar por cada kg de fruta) . Se puede rebajar un poquito el
peso de azúcar pero tampoco mucho porque si no sale demasiado líquida.

Nosotros
hicimos 2 mermeladas distintas, una para tostadas y «para regalar», más
espesita y dulce, y otra con bastante menos azúcar (la mitad de azúcar
que de fruta) que usamos para aliñar nuestra ensalada favorita y por eso
nos viene hasta mejor que la consistencia sea más líquida.

Le añadimos el zumo de medio limón y dejamos que se macere durante una hora aprox.
Después
ponemos a cocer a fuego medio durante unos 45 min, removiendo de vez en
cuando, y cuando veamos que tiene la consistencia que nos gusta,
retiramos del fuego y vertemos en los botes (mejor antes de que se
enfríe que luego es más difícil de manejar):

Por último nosotros le pusimos un poco de arpillera, una cintita de homemade y… lista para regalar ;)!

 

o para probar con nuestro pan de molde…


 

 O para comérsela a cucharadas y no dejar ni rastro!

Aunque reconozco que nosotros no somos tan dulceros como para eso…

 A ver qué recolectamos el domingo, ya os contaremos!

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#hoycocinamos: Galletas de nata

Después de 2 post cargados de sentimiento (hemos empezado fuerte 😉 )
hoy os enseñamos cómo hicimos las galletas del #cafédellunes; es una
receta muy fácil que siempre nos ha encantado en casa y esta vez
intentamos hacer una versión un poco más sana:

Necesitamos:


– Una taza de nata
– media taza de azúcar moreno
– ralladura de medio limón
– media cucharadita de bicarbonato
– media cucharadita de canela
– harina integral de lo que más os guste. Nosotras usamos de trigo que era la que teníamos en casa

 

Sólo hay que mezclar todos los ingredientes, remover bien e ir añadiendo harina hasta que la podamos amasar con las manos.
Nosotros nos pasamos un poco porque Carlos opinaba que «necesitamos una poquilla máaas»

 

Luego
hacemos bolas del tamaño que nos guste, espolvoreamos con azúcar y
canela y horneamos a 180º hasta que estén doraditas;

no os paséis de
horno que están más ricas jugosas!

Aquí tenéis nuestro «desayuno para dos»…

                                 … y aquí mi merienda tranquila durante la siesta del pinche, haciendo listas, jjj!





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#losmartesconCarlos; Pensando en alto mientras cocinamos

Que #losmartesconCarlos están cambiando es algo que seguramente ya habréis notado; publico menos fotos actuales, tiro de archivo, etc. y no es que ahora no haga planes con él, al revés, en mi opinión ahora hacemos cosas mucho más divertidas! Pero entre que yo tengo menos energía y él tiene muchíiiisima más (si esto era posible) tengo más fotos de móvil y  movidas que otra cosa.
Y encima cada día intento proponer menos, lo dejo más a él decidir a qué vamos a jugar y claro, no suelen salir DIY muy estructurados como para hacer un post 😉
Si queréis otro día os cuento mi opinión acerca de la importancia del juego libre, que la semana pasada fue el día internacional del juego pero como estábamos de feria, se nos pasó.

Ahora lo que más le propongo son recetas, porque es algo que a los 2 nos divierte, él está un ratito sentado, que no viene mal, y aprovechamos para hacer la comida o algo para desayunar.

Y cómo es que le propongo menos cosas, es por falta de interés o de iniciativa? Pues que va, es precisamente por lo contrario, porque cuanto más leo acerca de crianza más cambio la forma que yo tenía de ver las cosas.

El otro día hablaba con una amiga que no se puede juzgar a nadie (más de lo mismo, sí, pero no viene mal recordarlo de vez en cuando), ni siquiera se puede decir cómo actuarías tú en una detarminada situación, porque hasta que no estás en ella, con todos sus condicionantes detrás, no lo puedes saber 100%.

Bueno, eso lo decía ella, porque yo con esto último no estoy del todo de acuerdo; sí en muchas situaciones pero en otras creo que no. Creo que sé lo que haría. Creo.
El caso es que le conté que yo estoy siendo una madre muy muy diferente de lo que siempre había pensado. Mucho más «permisiva», mucho menos estricta. Y lo «peor» de todo es que me gusta.
De hecho me dedico a buscar lecturas y sitios donde aprender a ser menos estricta aún.
A que me enseñen, porque yo no sé.

Que me enseñen, por ejemplo, a controlar el enfado; Carlos aún es pequeño y no me enfado con él pero conociéndome y viendo/sospechando el camino que lleva su carácter, los choques entre nosotros no van a ser nada raro. Y no quiero pasarme la vida enfadada con él, no quiero que esa sea mi forma de criarlo.

Resulta que yo creo que en el carácter ha salido a mí (ojalá me equivoque) y, por una parte aunque esa sea su carga genética, no quiero que se una mi mal ejemplo, y por otra, creo que la que tengo que hacer el esfuerzo soy yo, puesto que soy la mayor, la más madura de los 2 -en teoría- y la que he decidido traerlo a este mundo sin preguntarle a él.

Así que hoy por hoy, pretendo aprender a ser yo la que no se enfade, la que mantenga la calma y respete más sus emociones… a ver qué soy capaz de hacer. (Detrás de esto hay toda una reflexión acerca de darle a los niños un sitio al mismo nivel que el tuyo… larga y compleja aún para mí)

Al menos siempre tengo tiempo de cambiar de opinión 😉

Y hasta aquí mi reflexión maternal de hoy, jjj, os dejo unas cuantas fotos más de Carlos haciendo esta receta de la pizza más fácil del mundo.

Sólo llegamos hasta extender la masa porque en el momento de poner el tomate frito (que para más inri era la primera vez que lo probaba) coger el móvil sin que acabara sumergido en salsa de tomate se convirtió en algo muy poco probable. Pero fue la parte más divertida, claro.

Ya seguiremos con estas charlas, de las que me encantaría saber también vuestra opinión (como ya hemos dicho otras veces, lo mejor sería alrededor de una mesa y con un café delante pero a falta de rato…)