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#losmartesconCarlos; Ceras lavables para la bañera

Hoy vamos a hacer un post cortito porque después de una de esas noches de despertares y llantos varios a la inspiración le cuesta encontrarnos 😉

Hace unas semanas tuvimos en casa unos visitantes muy muy poco deseados, ¡menos mal que se quedaron poco tiempo! El caso es que como eran de esos que no se van «ni con agua caliente» nunca mejor dicho, hubo que usar cosas más fuertes y practicar un poco eso de la paciencia…

 ¿Qué podíamos hacer para que Carlos estuviera un rato largo entretenido en la bañera a ser posible sin juegos brutos de hacer olas, salpicar, etc?
Algo que le encante…

¡PINTAR!

Los había visto en algunas tiendas pero ya sabéis que somos más de fabricar las cosas que de comprarlas, un día de éstos contaremos porqué. Además, cuando nació Carlos  #elhombremásguapodelmundo y yo pusimos una norma -que absolutamente nadie cumple- que no se le podía hacer ningún regalo a nos ser que hubiese un motivo justificado como cumpleaños, santo o Reyes Magos.

El caso es que todos en general y mi familia en particular se salta la norma cada vez que le apetece pero al menos nosotros intentamos cumplirla así que ya que habíamos visto la receta de estas ceras para la bañera y parecía fácil de hacer con niños, nos pusimos manos a la obra:

Sólo necesitamos jabón de glicerina (si es incoloro mucho mejor), colorantes alimenticios, algún molde para hacer los lápices y un poco de agua.

En primer lugar rallamos el jabón para poder derretirlo mejor en el microondas, lo vertemos en los moldes y añadimos los colorantes y un poco de agua para poder mezclar bien los colores. Luego ya sólo hay que dejar enfriar y… al agua patos!

Estas son las ceras comerciales, las nuestras no salieron tan curradas, de hecho no tenemos ni fotos porque ese día la prioridad era otra pero conseguimos nuestro objetivo: al final de la mañana teníamos las cabezas libres de visitantes y un niño de colorines más arrugado que un garbanzo 😉

Hay otra versión que en vez de «ceras» es pintura para usar con pincel y que tenemos en mente para la próxima vez que necesitemos estar un rato largo en la bañera (que espero sea dentro de muuuucho tiempo).

La de hoy era la receta más rapida y fácil que encontramos, 
¿os animáis a hacerla?

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EL VASO DE AGUA

Hoy pasamos al martes la sesión de los jueves, en forma de cuento que leí el otro día y que quizás muchos de vosotros ya conocéis, pero no viene mal recordarlo de vez en cuando, y a mí a veces me pasa; le doy tantas vueltas a la cabeza a las pequeñas preocupaciones, que terminan haciéndose grandes…

Un profesor empezó su clase sosteniendo un vaso de agua.
Lo levantó y preguntó a la clase, ¿cuánto creen que este vaso de agua pesa?

50 gms … 100 gms …. 125 gms…Respondieron los estudiantes.

– Realmente no puedo saberlo hasta pesarlo- dijo el profesor – pero mi pregunta es: ¿Qué puede pasar si lo sostengo unos minutos?
– Nada.. dijeron los estudiantes..
– OK, ¿que podría pasar si lo sostengo una hora? – El profesor preguntó.
– Su brazo podría dolerle – dijo uno de los estudiantes.
– Es correcto – dijo el profesor – ahora ¿ qué pasaría si lo sostengo todo el día?
– Su brazo le dolerá, quizá tenga stress muscular y parálisis, y seguro tendría que verlo un medico!! – Dijo otro estudiante y todos rieron.
Muy Bien, pero en ese tiempo ¿el peso del vaso cambió? – Preguntó el profesor…

No – fue la respuesta.
– Entonces ¿qué causa que el brazo duela y que el músculo se estrese?
Los estudiantes estaban sorprendidos.
-¿Qué debo hacer ahora para que se me quite el dolor? -Preguntó nuevamente el profesor.
– ¡¡¡¡Baje el vaso!!!! – Dijo uno de los estudiantes.
– Exactamente!! – Dijo el profesor.
Los problemas de la vida son como eso. Mantenlo pocos minutos en tu cabeza y estarán bien. Piensa en ellos un largo tiempo y empezaran a doler. Mantenlos más tiempo y empezaran a paralizarte. Eso te impedirá seguir adelante…

Y esta foto, que tanto me gusta…Abajo el vaso de agua…Arriba CARLITOS!!

Pero no por mucho tiempo, que este niño ya pesa un poquito, y el brazo se cansa 😉

                                                                      ¡HASTA MAÑANA!