Autor: Ana Tortosa
Aunque mucha gente relaciona los fantasmas con la noche de Halloween, lo cierto es que esta receta va a gustaros cualquier día del año 😉
En la receta original los fantasmitas van sobre estas cookies pero nosotros teníamos en casa unos gofres que nos había traído mi hermana de Bélgica y que el enano busca la mínima ocasión para volver a probar,
así que al final acabamos haciendo nuestra propia versión de gofres con chocolate y nata fantasmal:
mucho más rápida que la original, nos limitamos a coger un bote de nata montada para hacer los fantasmas,
y, eso sí, un poco de chocolate derretido con el que, con la ayuda de un palillo de dientes, hicimos las gotitas para los ojos y la boca de susto:
No es exactamente el tipo de recetas sanas que intentamos hacer juntos peeeero… Un día es un día ;)!
Viernes = Inspiración…
Pues no sé que será, pero suelo pasar el 80% de mi tiempo gastando bromas, riéndome por tonterías, o intentando hacer reír a alguien. Tanto que luego cuando cuento algo en serio, nadie me cree.
El 10% restante estoy en silencio (tiempo suficiente) y el otro 10% preocupada o pensando en algo importante. Si, debe ser que pienso poco en cosas importantes…Pero creo que ya tendremos tiempo de preocuparnos y pensar en cosas importantes como lo hacen los mayores…
El sábado por la noche, volviendo de cenar por ahí con amigos, @elhombremásguapodelmundo se acordó de decirme que el lunes necesitábamos un disfraz de Halloween para Carlos, así que aquí va nuestra improvisación de disfraz de domingo-con-todo-cerrado-y-amigos-a-comer-en-casa:
La primera vez no estaba muy convencido con eso de disfrazarse pero al día siguiente se levantó diciendo que quería ser un murciélago para que lo viera mamá (cuando se disfrazó yo estaba trabajando y no pude verlo)
Mientras se vestía pensó que lo suyo era probar si las alas funcionaban…
luego decidió que era mejor corretear con los pies en el suelo
descalzo, como los murciélagos de verdad, ¡por supuesto!
Hubo un momento en que lo convencí para que parase y abriese las alas:
En estas fotos podéis apreciar mejor lo simple que es el disfraz; un par de leggings míos viejos, que estaban pidiendo a gritos que los jubilara,
uno lo cortamos de largo y lo estrechamos un poco, para los pantalones del vampiro,
La careta de vampiro-no-muy-terrorífico la sacamos de aquí
(aunque no le gustaba mucho puesta sobre la cara)
No me preguntéis cómo pero logró convencerme de que los vampiros se
alimentan a base de taaarrtaa (chocolate para los humanos) y arroz
inflado:
y por último, lo más divertido, ¡por lo visto los vampiros saltan en la cama!
Así que ahí estuvimos el pequeño batman y yo, entretenidos media mañana con la excusa de enseñaros el disfraz 😉
Pues sí, sere utópica. O una idealista. Y pienso seguir siéndolo mientras la vida me deje, y ojalá que después también, ojalá que aunque la vida se empeñe en no dejarme, aunque sólo sea por el paso del tiempo, tenga fuerzas para seguir siéndolo…
– Va a la guarde? Noooo???
– Y este año tampoco??
Y ahi ya es donde…
Que no es que tenga nada en contra de los colegios, sólo que tampoco veo la necesidad (aclarando que por mis horarios de trabajo, a mí el cole no me resuelve nada)
Y si mi hijo tiene un don (soy de las convencidas de que todo el mundo tenemos uno, que a todos hay algo que nos apasiona, se nos da bien y por lo que no nos importaría pasarnos muchas noches sin dormir) para pintar, para el dibujo, para la música, para los videojuegos, para los deportes, para cualquier cosa que no se mida en selectividad? ¿Entonces qué? ¿Tooodo el dia diciéndole que no a eso porque «hay que aprovechar el tiempo para estudiar»?
Y es que este padre tenía 3 hijos y resulta que los dones de los 3, ninguno eran de los que se potencian en el cole. Y que tiene que estar tooodo el dia diciendo deja de cuando ve que el niño disfruta, que se le da bien, que es algo positivo. Pero no, ponte mejor a hacer quebrados que hay que llegar al curso que viene preparado. Más preparado que los demás si se puede.
Elimina la excusa de que no existen.
Wish List de Octubre…
Más que una Wish List podría llamarlo…Presents List! O lista de cosas que me he auto regalado, me voy a auto regalar o se las voy a regalar a alguien…En un futuro muy próximo! 🙂
1.
Los calcetines de niños de moda. Ya están encargados para Carlitos, porque cuando estuve en Madrid la semana pasada estaban agotados. Son de la marca OH! My mum y es una firma japonesa.
2.
No suelo leer libros. Pero si el título me gusta y la portada es bonita siempre los compro, aunque sea para colocarlos en casa 🙂 Éste además de ponerlo en un lugar visible, es de lectura obligatoria!
Ahora que aún es tiempo de recoger algunas frutas os vamos a contar un plan que nos encanta y que posiblemente repitamos este fin de semana si el tiempo (y Martín) lo permiten; se trata de salir a dar un paseo por el campo con nuestra cestita a recoger frutas, semillas, setas o cualquier cosa con la que luego podamos cocinar algo rico:
Esta mermelada la hicimos el año pasado con ciruelas que recogimos de casa de la abuela; tiene un ciruelo pequeñito pero no sabéis cómo cunde, en un ratito cogimos 2 bolsas llenas y antes de que se nos pusieran malas, como no nos daba tiempo a comernoslas todas, decidimos usar las más «pochas» para hacer mermelada,
La receta es bien fácil:
Lo primero es lavar bien la fruta y quitarle los huesos; luego la troceamos (nosotros preferimos no pelarla porque así tiene más fibra… y es más rápido 😉 y
ponemos en un cazo casi la misma cantidad de azúcar que de ciruelas
(700-1000g azúcar por cada kg de fruta) . Se puede rebajar un poquito el
peso de azúcar pero tampoco mucho porque si no sale demasiado líquida.
Nosotros
hicimos 2 mermeladas distintas, una para tostadas y «para regalar», más
espesita y dulce, y otra con bastante menos azúcar (la mitad de azúcar
que de fruta) que usamos para aliñar nuestra ensalada favorita y por eso
nos viene hasta mejor que la consistencia sea más líquida.
Le añadimos el zumo de medio limón y dejamos que se macere durante una hora aprox.
Después
ponemos a cocer a fuego medio durante unos 45 min, removiendo de vez en
cuando, y cuando veamos que tiene la consistencia que nos gusta,
retiramos del fuego y vertemos en los botes (mejor antes de que se
enfríe que luego es más difícil de manejar):
Por último nosotros le pusimos un poco de arpillera, una cintita de homemade y… lista para regalar ;)!
o para probar con nuestro pan de molde…
O para comérsela a cucharadas y no dejar ni rastro!
Aunque reconozco que nosotros no somos tan dulceros como para eso…