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#losmartescon2; de bullying, pegar, chivarse y otras dudas

Como hemos vuelto tarde y cansados -aunque muy contentos- de la escapada del puente, hoy publicamos un post que llevaba ya un tiempo en borradores, desde que leí esta reflexión:


¿Qué hay que hacer cuando te pegan?

Tengo claro que devolverla, no. Eso de «no se pega» pero por otro lado «está bien que sepa defenderse» a mí no me gusta, me sigue pareciendo la doble moral que tanto vemos en educación, crianza, política o en lo que sea; esa doble moral que todos consensuamos sin necesidad de hablarlo pero que si alguien en un momento dado dice que no lo hace así, que no le gusta, todo el mundo salta; que no te has visto en la situación, que eso es idealismo, etc. Que no nos gusta descubrir que hay quién hace las cosas de otra forma, aunque cueste más trabajo.
Que recordar eso molesta.

Pues eso, cuando a un niño le pegan en el cole -o donde sea- ¿qué hay que decirle?
Pegar, para mí, está mal. Si yo intento no pegarles a ellos porque no estoy de acuerdo con ningún tipo de violencia, porque no soy capaz de decirles «no se pega» mientras les doy un azote, porque me sigue chirriando la frase de «yo sí porque soy el padre pero tú no porque eres pequeño», aunque ya esté en el otro lado -a veces, que el lado de la hija me lo siguen recordando a diario ;)-.

No se pega
No se devuelve una torta
¿Ni en defensa propia? Entonces, ¿qué se hace?

Salir corriendo? Eso es de cobardes…


¿Poner la otra mejilla? Idealmente sí, pero si no lo hago yo con 30 años en otras cosas de la vida no se lo voy a pedir a un niño de 2 años… puedo explicarle que eso es lo que haría el niño Jesús, que era muy bueno, muy bueno, pero que nosotros que no lo somos tanto podemos pedir ayuda, si no lo podemos solucionar de otra forma, antes de pegar.

¿¿Chivarse??


Los chivatos (aunque a mi madre no le guste la palabra) son lo peor del mundo, pero me parece especialmente interesante la diferencia que plantea una madre de Marte entre delatar y denunciar; chivarse lo englobará todo, pero tendremos que enseñarles a diferenciar que si una cosa le hace daño a otro niño -o a otra persona-, se debe denunciar. Si simplemente es una trastada individual como, yo que sé, escaparse de clase o copiar, por ejemplo, entonces eso sí sería más delatar…

Difícil diferenciarlo, ¿eh? tanto que hasta busqué las definiciones:

Chivato: Persona que acusa o delata a alguien o informa de forma secreta acerca de algo.

Acusar: Atribuir a una persona la responsabilidad de un delito, una falta o una acción reprobable.

Delatar: Desvelar a una autoridad quién es el autor de una falta o un delito.

  1. Poner de manifiesto algo que se guarda oculto y que, generalmente, es reprobable.

Denunciar: Comunicar a una autoridad que se ha cometido un delito o que alguien es el autor de un delito.
       Declarar públicamente que cierta cosa se considera ilegal o injusta.

¿Entonces la diferencia es que lo haces en secreto? Denunciar suena como más valiente… suena hasta bien. De hecho Kiva, el programa escolar antibullying que más éxito ha tenido en Finlandia, se basa precisamente en promover la denuncia de los compañeros:

KiVa intenta cambiar las normas que rigen el grupo —indica la profesora—. Dentro del grupo están los otros, esas personas que no acosan, que observan, que son testigos y que se ríen. A través de esa comunicación no verbal transmiten el mensaje de que lo que pasa es divertido o está bien, aunque tengan una opinión diferente. No hay que cambiar la actitud de la víctima, para que sea más extrovertida o menos tímida, sino influir en los testigos. Si se consigue que no participen en el acoso, eso hace cambiar la actitud del acosador. El objetivo es concienciar de lo importante de las acciones del grupo y empatizar, defender y apoyar a la víctima».

¿Entonces?

Aquí parece que hemos mezclado varios temas pero es que este fin de semana me he leído un libro de una chica de 20 años que lleva desde los 13 arrastrando problemas importantes en parte provocados por el bullying que sufrió en el colegio. Y me ha recordado otra reflexión que leí ahora mismo no recuerdo dónde sobre lo horrible que debe ser que acosen a tu hijo, es cierto, pero más horrible puede ser que tu hijo sea de los acosadores. Y estoy de acuerdo. En el primer caso podremos ayudarlos, darles armas para que les afecte lo menos posible, para hacerlos fuertes, alejarlos de ese ambiente dañino… pero, y si los dañinos son ellos? eso debe ser mucho más complicado (no era este artículo pero podéis leer la idea aquí)
Así que, ¿cómo lo véis vosotros? ¿creéis que es una buena solución promover entre los niños que pidan ayuda si les pegan y no pueden solucionar las cosas de otra manera? ¿creéis que es mejor que se defiendan ellos solos? ¿la primera opción los convertirá en unos chivatos y por tanto, en esos a los que todo el mundo quiere pegar?