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#losmartescon2; eres un niño MUY BUENO

 Hoy me has preguntado si eres educado, si eres bueno…

Eres muy bueno

 

Muchas noches me acuesto con la mala
sensación de haber hablado regular de ti, pequeño. Mi pequeño rabillo de lagartija,
mi niño mayor, mi bebé grande, cada día digo que no lo voy a hacer más, que no
te voy a etiquetar, que no seré yo quien te dirija hacia eso, pero al día
siguiente me preguntan, porque todos preguntan, y no me siento capaz de decir
que eres buenísimo. ¡Y eso que lo eres! Lo que pasa es que lo que en realidad
preguntamos es si eres uno de esos niños que comen muy bien, duermen mucho, son
tranquilos y hacen a la primera lo que los mayores le dicen. Y ese precisamente
no es tu perfil, por eso no me sale decir que eres bueno.

 

Eres muy bueno

 

  Sé que es lo
que debería hacer, que cuanto más te lo diga más lo creerás tú y lo creeré yo,
y lo serás. ¡Y que nadie es bueno o malo con 2 años! Pero se me hace difícil.

 

 

Se me hace difícil aceptar que los demás piensen que es
fácil, que tengo tiempo de hacer muchas cosas porque he tenido mucha suerte con
mis niños. Y la he tenido, claro que sí, muchísima, más de la que nunca podría
haber soñado, pero fácil no es. Criar a los hijos no es una cosa fácil, no es fácil
evitar cada día que te abras la cabeza en todas esas actividades peligrosíiisimas que me adviertes que vas a hacer, no es nada fácil
asumir cuánto te pareces a mí, cuánto de mis peores cosas te he transmitido…
Cada día que pasas al lado de tu hijo es un reto, es un esfuerzo continuo que me hace llegar a la
cama agotada y no hablo de correr detrás tuya o cambiarte los pañales, hablo de
contar hasta 10 o hasta 20, 300 veces cada día, de reinventar mis ideas, mi
forma de ver la educación, mi manera de dirigirme a ti. Tampoco es fácil ver
cómo te tratan otras personas, cómo se desesperan cuando no obedeces, cuando te
enfrentas a ellos, cuando muestras de la única forma que sabes que eres una
personita independiente, con tu propio criterio, que tienes tus ideas y son
igual de válidas que las nuestras. Pero has venido a un mundo que aún no lo ha
comprendido, hijito, un mundo que sigue pensando que las cosas se
hacen así
y que los niños buenos
obedecen
. Un mundo que se cree con derecho
a amenazarte, a manipularte, a anular tu voluntad para que «aprendas a
ser humilde», para que «respetes a los mayores», esos mismos
mayores que no muestran el mas mínimo respeto por tus emociones, por tus
miedos, por tu criterio de bebé grande que casi siempre sabe lo que quiere.

 

Eres muy bueno

 

No fue fácil esperarte, no fuiste un bebé fácil; no era
fácil distraerte, ni dormirte, ni dejarte con nadie. Te recuerdo llorando a menudo, siempre exigiendo, demandando mucha más atención de la que éramos
capaces de prestarte, te recuerdo mirándome como si me comprendieras casi desde
que te conocí.

 

No fuiste fácil, no lo eres ahora.

 

 

Nada de eso significa que no seas bueno.

 

 

 

Y eso es lo que repetiré las veces que haga falta, aunque sea a costa de
mi propia imagen de madre, aunque crean que soy una blandengue y te mimo
demasiado, yo lo que de verdad creo es que nunca es demasiado el cariño, nunca
es demasiada la paciencia, nunca es demasiada la comprensión…

 

Eres una personita maravillosa, eres divertido, eres
sensible y eres muy, muy listo. No permitas que nadie te haga dudar de eso con
la simple excusa de hacerte humilde. Sé humilde sabiendo lo que vales, porque
tiene mucho más mérito.

 

 

A mí me encanta cómo eres.

 

 

Ya sabes que yo no te castigo, ni te pegaré nunca, que no te
amenazo ni te comparo con nadie, que no hago chantajes, que intento no gritar
aunque a veces no pueda más y se me escape un «Carlos» más fuerte de
la cuenta. De verdad que no me gusta hacerte llorar a veces cuando hay que
dormir y dejar de saltar en la cama; perdóname, yo también estoy cansada, tu
hermano también demanda, no es culpa tuya pero a veces yo tampoco puedo más…
Y aun así sé que no debería.

 

 

Eres bueno independientemente de cómo te portes un día,
independientemente de que nos enfademos de vez en cuando.

 

 Por eso si me
preguntan, prefiero hablar de tus virtudes, no sólo de lo listo que eres, porque
tienes muchísimas más; hablaré de tu sensibilidad, de lo generoso que eres, ¡de
lo bien que se te da negociar!, de lo divertido que es estar contigo, de cómo
me haces reir, de que no cambiaría ni un segundo de los que paso contigo por
hacer ninguna otra cosa en el mundo (excepto, a veces, dormir 😉 )

 

 

Volveré a hablar de esa luz que tienes dentro, de que eres
un pequeño terremoto que provoca sonrisas de admiración allá donde va. Volveré
a hablar de tu magia, de lo felices que nos haces cada día. Tienes tantas cosas
buenas que si empiezo hablando de ellas seguramente no me dará tiempo a llegar
a las menos buenas. Y sabes qué te digo? Que esas pueden ser también virtudes,
sólo hay que aprender a usarlas! Que ser cabezota esta muy, muy cerca de ser
constante, de no rendirse, de luchar por lo que quieres. Y saber lo que quieres
es una gran ventaja.

 

Yo siempre voy a ser tu principal defensora.
Porque si tú y yo lo creemos, puedes ser cualquier cosa, y yo lo creo. Porque
el carácter fuerte, si consigues usarlo bien, es más útil en la vida que los
ojos azules, te lo prometo (yo sé de una que encontró trabajo por eso 😉 ).

 

 

Porque con la llegada de Martín y ahora encima la vuelta al
trabajo te dedico mucho menos tiempo que antes, pequeño. Y los 2 lo notamos.
Porque mucho de ese tiempo son los minutos de la basura como los llama papá; te
cambio, te doy la comida, te duermo. Charlamos, sí, pero no nos dedicamos
simplemente a jugar y sé que lo echas de menos.

 

 

 Y eso hace que
reclames mi atención como sea, como cuando me dijiste que te habías portado mal
porque querías que yo te mirara.

 

Ya lo sé, hijo, ya lo sé.

 

Yo también quiero más ratitos para sólo mirarte, y también
para mirar sólo a Martín, pero los 2 reclamáis cosas distintas, y la vida
reclama otras más.

 

 

Pero claro que eres buenísimo.

 

 

Y me voy a encargar de recordártelo cada día.

 

 

Edito para aclarar que no tengo un delincuente juvenil en casa, sólo un bebé de 2 años haciendo las cosas propias de su edad. Sólo que yo iba para novelista y me quedé en cuenta cuentos así que despliego mi dramatismo por aquí 😉 
Y oye, me ha dado pena que él mismo dudara de si es bueno por lo que pueda oir a otras personas…

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Inspiración Unaporuna

#losmartescon2

El otro día revisando los borradores del blog, esas cosas que a veces en un momento de inspiración escribes y luego no ves el momento de publicar, me encontrá esta reflexión de hace más de un año…

¿Como será tener varios hijos? ¿se quiere a todos por igual?
A veces lo pienso…
Nosotros tenemos 2 pero en circunstacias tan diferentes que los sentimientos no se pueden comparar, no debe ser igual que tener a los dos (o los que sean) contigo…

Una amiga (y seguidora del blog) me dijo una vez algo que me gustó mucho pero no recuerdo bien, algo como que cuando tienes el segundo hijo el cariño no lo divides entre los dos, sino que el corazón se te hace el doble de grande para poder querer a los 2 lo mismo. Precioso. Yo creo que es así.


Sin embargo, hablaba con otra amiga y casualmente también seguidora (que no todas las amigas lo son ;)) que que los quieras igual no significa que los trates igual, en parte porque ellos son diferentes y necesitan cosas distintas y en parte, y es a lo que voy, porque tampoco es igual la afinidad con todos ellos. Una cosa es quererlos muchísimo, no creo que no se pueda querer a un hijo, y otra tener afinidad, llevarse más o menos bien, compartir formas de ser, de pensar, de hablar las cosas, caerse más o menos bien, llámalo X.

Por eso quizás unos hijos se sienten «más queridos » que otros, aunque yo no creo que sea así.
En mi caso concreto mis padres, los 2, hablan mejor con mi hermana, porque es una persona más calmada, más sensata en -algunos de- sus planteamientos, negocia mejor, no se exalta tanto como yo. SÉ que no la quieren más por ello.

Debe ser duro pensar que tus padres te quieren menos que a tus hermanos, duro crecer así, y explica muchas cosas…
¿son los padres los que hacen sentir así a algunos hijos? ¿son los hijos que «se imaginan» menos queridos sin que sea real?

Si alguna vez tengo más hijos me gustaría esforzarme para que nunca, nunca, nunca se sientan así. Porque no es algo tan raro de encontrar, y me parece tristísimo.

Un año más tarde sé que lo de que te crezca el corazón es verdad,


y para todo lo demás es pronto, pero sigo con el mismo propósito.

P, al final me inspiraste el post de hoy, aunque no sea la receta de espinacas con bechamel. Creo que esa tendría aún menos interés general 😉

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Estar agotada sin haber hecho nada

Ya sé que no está bonito escaquearse de hacer el post y acabar fusilando el de alguien que sí se ha tomado la molestia de sentarse un rato en delante del ordenador… Y que encima escribe mucho mejor que tú!

Peeeero, por un lado, mi madre me ha tenido hasta las 2 de la mañana pendiente de un programa que no puede ser más malo (creo que es la primera vez en el último año que quiero ver algo en la tele y ha sido un fracaso total) esperando una historia de fantasmas que ha llegado tan tarde que ya me había dormido y me he despertado con una imagen que me ha mandado directita a la cama, imposible quedarme sola en el cuarto de estar ni un minuto más! (Y eso que el dormitorio está a menos de 3 metros…) -sobre nuestra pasión (de mi madre y mía) por historias de fantasmas, ovnis y aparecidos ya os contaré otro día…-
Por otro lado, si descubres un post que te hace reir, en el que te ves reflejada en  alguna cosilla y  que encima está mucho mejor escrito de lo que tú lo habrías hecho, lo suyo es directamente mandaros allí 
Y más un día como hoy en el que desde luego, estoy más que agotada sin haber hecho nada

www.librosconalma.net

              

Abuela, pon el dedo aquí para ir al otro blog
Y eso que odio los estereotipos, pero éste es bueno, hay que reconocerlo.
Como frases estrella apuntaría: 
– Si me doy crema hidratante en más de un cincuenta por ciento del cuerpo lo pongo en mayúsculas!
Ojo que esta señora tiene 5 hijas!! A veces, después de leerla sí que me pregunto a qué he dedicado yo mi día para acabar tan cansada, con pocas horas de trabajo y sólo un niño al que cuidar…
Eso sí, lo de la victory log me lo apunto fijo, aunque a mí mis to-do list me encantan, no nos vamos a engañar
– y el comentrario de Mar,  Yo a mi marido le doy cada día el parte de logros como mujer,madre, educadora, directora de Hogar, psicóloga, enfermera, ministra de economía…

Así al menos no se sienta al llegar y se va feliz a bañar a los niños. ¡Feliz porque él ha descansado en su trabajo! JajajJj


Y aquí un saludo a mi madre que siempre dice que el trabajo de ama de casa es mucho más duro que perfumarse e irse a tomarse cafés refiriéndose a #elhombremásguapodelmundo. Y eso que él no juega al squash. Que sepamos.

A ver si hoy nos cansamos un poco menos 😉
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Los martes con Carlos

 Poco a poco vamos terminando de organizar la casa y algún día os la enseñaremos, de verdad; de momento, un rinconcito del cuarto de Carlos,

 

  Su bolsa de viaje, que va a estar siempre a mano, primero porque es monísima (gracias AL!) y segundo porque queremos que crezca siempre dispuesto a abrirla, meter poca ropa y muchas ganas y salir a conocer mundo,
 
 Y los primeros cuadros que hemos puesto en su cuarto, su gorrito de gnomo y algo que leí hace tiempo y no quiero que se nos olvide…
Tus hijos no son tus hijos,
Son hijos e hijas de la vida,
deseosa de sí misma.
No vienen de tí sino a través de tí,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.

Puedes darles tu amor 
pero no tus pensamientos pues
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos
pero no sus almas porque ellos viven 
en la casa del mañana 
que no puedes visitar 
ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos
pero no intentes hacerlos semejantes a tí
porque la vida no retrocede
ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero,
sea PARA LA FELICIDAD.

 
  Lo intentaremos!
 

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Casas y cosas Unaporuna

Esa felicidad

Seguramente la mayoría habréis leído este artículo de Pedro Simón para El Mundo que se convirtió en viral hace poco más de un mes, pero ayer, un rincón de mi casa me hizo pensar en Ese perfecto desorden.
Y no pude evitar coger la cámara y compartirlo con vosotros, 

porque tener un tendedero de baberos y camisas en miniatura en el salón, también representa esa felicidad.

«Te tropiezas con un balón de espuma y encuentras un muñeco bajo el sofá.
Giras el grifo del lavabo y descubres que anida un pato de goma. Abres la sandwichera y ahí están, achicharrados, tres cromos del Osasuna.

A veces maldigo este caos de casa tumultuosa con niños. Pero sé que algún día maldeciré todo el orden a solas que vendrá después.

Vuestros libros ordenados, pero sin ser abiertos. Vuestras camas hechas, pero frías. Los platos pulcramente recogidos en la alacena, pero sin nadie con quien comer.

Tener
hijos y salir a la calle es como llegar a la ceremonia de los Oscar de
sobrado con dos estatuillas bajo el brazo, una hora antes de que empiece
la entrega de premios: sabes que te los has ganado seguro.

Tener hijos es pisar la acera a las ocho y media con toda la gimnasia hecha:
los abdominales del estrés, las flexiones del ‘no se puede’, el pilates
del ‘haz lo que debes’, el yoga del ‘aprovecha el tiempo’, los lumbares
de la desobediencia y de la sinrazón. En tan solo media hora, mientras
te aseas. Así que cuando sales al mundo adulto ya no te acojona nada y todo te preocupa lo justo.

Para convención popular, la que montas un domingo lluvioso en casa con los amigos de tus hijos.

Para dimisión irrevocable, la que te presentan cada día que les pones verduras.

Para exclusiva, la de que el pequeño tiene otra novia y no hace declaraciones.

Para ‘share’, la audiencia que os da mamá durante le cena, siempre con un cuento delante.

Para traición, la mía, que nunca estoy; la vuestra, que habéis preferido la Play a las chapas.

Para problemas laborales, los que me da esa ortografía en huelga y sin servicios mínimos.

Para inflación, la de los besos de Martín, que cada vez los vende más caros.

Para crisis, la que acontece cuando se acaba el verano.

Me
lo enseñó una tarde mi abuela, que lo llevaba escrito en un
marcapáginas y leía una novela de Capote, eso de que los legados más
importantes que los padres y las madres pueden dejarles a sus hijos son
dos: uno son las raíces; el otro, las alas.

Algún
día regresaré a casa tarde a causa del trabajo (o de la falta del
mismo). Abriré la puerta del salón y todo estará en orden. Será que
habéis volado, vaya. Entonces echaré en falta la felicidad que era este perfecto desorden

De momento, espero que nos queden muchos años de desorden 😉 
¡Hasta mañana!
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LOS SIN-HIJOS VISTOS POR LOS CON-HIJOS

                                                                    ¡BUENOS DÍAS!

Estamos en un momento de nuestra vida en el que a nuestro alrededor empiezan a tener hijos.

Por ahora mis amigas y yo estamos en el grupo de las SIN-HIJOS así que hoy os dejamos con un post que nos hizo mucha gracia el otro día y que creemos que tiene bastante razón 😉

Cuando nosotras tengamos al enano en casa, os haremos la versión: hermana-tía; con-hijo y sin-hijo. A ver si coindimos en algo de esto…


«Los sinhijos son gente que por la razón que sea no tiene hijos. Los sinhijos en muchas ocasiones son vistos por los Conhijos con envidia y en algunas ocasiones con mucha envidia, pero en otras son vistos con odio, con rencor y en algunos casos con deseos de venganza.

Lo que determina si eres un sinhijos estupendo o todo lo contrario depende de como te comportes con los hijos de los conhijos.

Si eres un sinhijos que directamente no te relacionas con los hijos de los conhijos es muy posible seas muy muy envidiado por tu vida sin compromisos y plena de tiempo para ti, pero que pierdas la relación con tus amigos conhijos.

Si te relacionas con ellos hay que tener en cuenta que  igual que hay una serie de cosas que los conhijos hacen y sacan de sus casillas a los sinhijos, también las hay al revés.



1.- No pontifiques. “Lo que hay que hacer con los niños es…” Siento decirte que no tienes ni idea, pero ni la más remota. Puede que estés viendo a una madre regañar a su hijo en el parque completamente fuera de sí  mientras intenta controlarse y tengas la tentación de pensar que lo que habría que hacer es hablar con calma al niño, tranquilamente y hacerle entender que no puede desnudarse porque va a coger frío. No tienes ni idea. Esa madre probablemente lleve más tiempo en el parque del que tú puedes soportar, haya jugado a los cacharritos, haya estado pegada al tobogán viendo a su churumbel tirarse 45 veces, haya “dado” en el columpio 1 hora y todo eso después de currar. 



2.- Es fabuloso que te gusten los niños de los conhijos. Es estupendo que te mole jugar con ellos y hacerles reír pero controla su umbral de excitación si no vas a estar con ellos cuando lo traspasen. Es decir, si eres un sinhijos y te vas a quedar a cuidar a los churumbeles de unos conhijos un fin de semana puedes llevarlos a cruzar el umbral de excitación y mucho más allá. Tú te los guisas y tú te los comes, pero si vas a pasar un ratito una tarde y luego te vas a ir a casa, contente. Juega con ellos, hazles reír, entretenlos, diviértete pero controla. Si los sobrexcitas haciendo que se vuelvan gremlins descontrolados reticentes a la rutina que tu amigos conhijos han conseguido elaborar a base de sudor, sangre y lágrimas y te piras a casa pensando “como molan los niños pero estoy agotado y me pienso tirar en el sofá a no hacer nada”…tus amigos conhijos te odiarán muchísimo.

3.- Tu tiempo es tuyo y lo gestionas como quieres, los conhijos tienen otro uso y “disfrute” del tiempo y hay una serie de horarios sagrados. No pienses que a los conhijos les gusta someterse a esa espantosa rutina en la que a las 7:30 se entra en un agujero negro de baños, cenas, cuentos, cepillo de dientes y a dormir y los domingos por la tarde son un momento para organizar mochilas, terminar deberes, quitar roña del fin de semana y planear la logística semanal. NO les gusta pero han aprendido que someterse a ella es la única manera de no volverse locos, así que por favor, no llames por teléfono queriendo tener una charla “importante” a las 20:30 y te cabrees si tu amigo te contesta con monosílabos mientras escuchas un chapoteo o croquetas freírse.



4.- No te equivoques de objetivo. Tus amigos son los padres, los hijos vienen en el paquete y está muy bien que quieras ser su amigo, el amigo más molón y todo eso, pero presta atención a tus amigos, no les ignores. Aunque se hayan convertido en conhijos  les mola que les hagas caso y tengas interés por sus cosas independientes de sus hijos.

5.- La popularidad mola, ser el sinhijos más popular entre los hijos de los conhijos es un objetivo molón y además fácilmente alcanzable si sabes cómo. Aparece con sobres de cromos, con un chupachups, un libro (padres haciéndote la ola) pero no aparezcas con peluches gigantes que a ti te flipan pero que ni en pintura comprarías para tu casa, ni con baterías, sables que hagan ruido, coches de bomberos que parezcan reales, pinturas que no hayas probado previamente en las paredes y tejidos de toda tu casa.



6.- No conviene decir cosas como “estoy agotado” y “no tengo tiempo para nada”. Estás agotado y no tienes tiempo para nada, por supuesto que si, pero si se lo dices a un conhijos con varios churumbeles puede echarse a llorar sólo de imaginar la cantidad de tiempo que tú tienes a tu disposición y como en un pasado lejano él dispuso de su tiempo y no supo valorarlo y aprovecharlo como hace ahora cuando consigue una hora de solterismo Premium de luxe y se le saltan las lágrimas solo de puro alivio. Si le dices esas dos frases te expones a que te salte al cuello farfullando algo como“¿queestásagotado?¿Agotado?? No se lo tengas en cuenta…él está de verdad agotado.

7.- Los niños son niños y aunque sean adorables y estén perfectamente educados, no los invites a tu casa si vas a estar sufriendo por los sofás blancos, tus figuritas de Lladró, tu colección de vinilos o cualquier otra cosa. Es sencillo, una casa para 1 o 2 adultos no está preparada para recibir a una panda de churumbeles, si vas a sufrir no les invites. Y si les invitas no te quejes.


Tus amigos tienen hijos. Asúmelo. No te enfades si a tu propuesta improvisada de las 2 de la tarde para ir a comer cocido a 100 km te dicen que no o sí te invitan a un cumpleaños hay tarta con velas y piñata. Tus amigos tienen hijos y no hay marcha atrás. Valora cuando a tu plan de la comida te dicen que no pero te invitan a comer y en el cumpleaños infantil hay tarta y velas y piñata pero al lado de la Coca-Cola sin cafeína hay ginebra, tónica y limones pensados para ti.


Si el sinhijos no para de hacer cosas inconvenientes es posible que reciba LA MIRADA y la maldición: ojalá te reproduzcas pronto y yo lo vea.»


Podéis leer el post completo aquí.

                                                                          ¡Hasta Mañana!

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Marta tiene un marcapasos

que le anima el corazón…
Una de cal y otra de arena, ¿no? pues nunca supe si lo bueno era la cal o lo bueno es la arena (y resulta que lo importantes es que son antagónicos) pero el caso es que hoy toca post optimista; es más, toca, por fin, el post que más ilusión me/nos ha hecho desde que empezamos el blog… y ahora no sé ni cómo empezar! Me da miedo, siempre piensas que es demasiado pronto pero…
Una de las cosas más importantes que aprendimos es que hay que disfrutarlo todo, todo al máximo. Nada de estar pensando en lo bueno o lo malo que vendrá después.
En el embarazo de Álvaro disfrutamos cada día, cada avance, cada faldón planchado. Yo era muy consciente de que estaba en una época preciosa y no tenía ninguna prisa porque llegara la siguiente. A pesar de que nos imaginábamos que esa siguiente etapa, cuando naciera, sería aún mejor, ni una sólo vez en los 9 meses, ni siquiera al final cuando ya no sabía ni qué hacer con el barrigón, tuve prisa porque naciese. Estaba encantada de tenerlo dentro. Y muchas veces me he alegrado por ello.
Ayer noté por primera vez la pataditas de nuestro segundo hijo y, aunque el miedo va a seguir aquí, pensé que él me estaba avisando de que era el momento de compartir esta gran alegría con todos vosotros.
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Con todos los que nos mandáis palabras de ánimo en los días malos. Hoy queremos que sonriáis con nosotros, porque ésto no borra la pena pero, en los peores momentos, nuestro gordito nos empuja con todas sus fuerzas hacia delante, y nos ayuda a mirar al futuro con ILUSIÓN.
http://youtu.be/gS_UwjRaY5o
Marta tiene un pasajero en su corazón,
así que hoy, sólo podemos dar gracias a Dios.