De momento sólo he estado 2 veces en mi vida en el primer banco de la Iglesia; 2 veces tan distintas y tan importantes a la vez… verano-invierno, blanco-negro, ayer y hoy, sonrisas y lágrimas.
Casi cuatro años de diferencia pero las 2 veces, en los momentos más importantes de cada ceremonia, una mano apretaba con fuerza la mía.
Estos días hace 13 años que te empeñaste en que ésa fuese siempre tu mano.
Cuánto me alegro ahora de que fueras tan intenso ;)!
Cuando se elige a alguien «para toda la vida» más vale que tenga manos grandes para coger las tuyas, brazos fuertes para sostenerte cuando haga falta y sonrisa generosa para compartir alegrías.
Espero que sigamos caminando de la mano muchííísimos años más…