Volvemos a empezar la semana con una manualidad de ésas que tanto nos gustan…
El año pasado se casaron algunas buenas amigas y una de ellas celebraba su pedida lejos (lejos de nuestra ciudad, lejos de donde se celebraba la boda y lejos de donde estábamos veraneando). Vamos, lejos de todo. Y nosotros, que queríamos mandarle su correspondiente ramo de flores para que nos sintiera cerquita en un día tan especial, no sabíamos si las flores iban a llegar vivas (porque además, era en agosto!) así que decidimos hacer un ramo no perecedero…
¡Manos a la obra! Necesitamos lana de colores,
y con ella hacemos varios pompones como los que hacíamos en el cole. Para el que no se acuerde, aquí os dejamos un tutorial con la clásica técnica del cartón, o si queréis hacerlos pequeñitos, otro tutorial más sencillo aún.
Cuando tengamos listos nuestros pompones, buscamos unos palitos de algún árbol seco que encontremos y los pegamos para hacer las «flores»:
Son como dientes de león pero no tan frágiles 😉
Ya sólo nos queda «el jarrón». Con un tubo de cartón de los que se usan para enviar documentos por correo, lo cortamos a la medida que nos venga bien y lo decoramos -cintas, tiras bordabas… y el día D, cómo no, con nuestra querida Dymo-.
Una etiqueta de Mr. Wonderful para que el amor dure la tira…
Y aquí tenemos el resultado final:
Un ramillete para animar cualquier rinconcito de vuestra casa y sobre todo… que no hay que regar!!