Categorías
Unaporuna

Seguro que todas las mamás trabajadoras, están de acuerdo con esta carta…

Hoy, con el permiso de esta mamá, compartimos una carta que ha escrito al mundo…

Y que estoy segura, que a muchas de vosotras, os pasa…De hecho hoy, una buena amiga, se incorporaba a trabajar, después de casi 7 meses con su niña, gracias a una pequeña excedencia, y ojalá hubiera podido ser mucho más tiempo…

En breve empiezo a trabajar, dejando a un bebé de 5 meses y 13 días en una guardería (8 horas). Una guardería privada ya que me ha sido imposible hacerme con plaza en ninguna otra. Algo que no sabía hasta que entré en el mundo de la «escolarización» que si no hay cupo no cogen a tu hijo y te tienes que buscar la vida de otra forma.
Tengo la suerte de haber podido disfrutar de él un mes y medio más de lo que una baja por maternidad te ofrece (ya que pude juntarme las vacaciones), cuando hay tantas madres que terminan su baja y su bebé no tiene ni tan solo 4 meses.
No suelo escribir sobre mi vida en las redes sociales pero he tenido la necesidad de quejarme, quiero hacer una denuncia a este país que no da prioridad a cosas tan importantes como el cuidado de un hijo, las necesidades de un bebé. Una personita totalmente dependiente, una personita que necesita de los abrazos de papá, los besos de mamá y cariño las 24 horas del día. Por no hablar de sus tomas, del derecho que tenemos mi hijo y yo a seguir con la lactancia materna y que ahora nos obligan a abandonar.
Voy a dejar a mi hijo en un lugar diferente, con una señora desconocida y otros niños mayores. Él busca a sus padres cuando se asusta, usa el pecho para dormir, comer, relajarse, jugar… Quiere mis brazos cuando esta cansado, por no hablar del amor que le ofrecemos y ahora vamos a cortar de golpe esta relación que nos unía.
Una guardería que por ley «solo» lo pueden tener 8 horas (y digo «solo» porque me parece una bestialidad de tiempo) pero yo, al igual que la mayoría de los españoles trabajamos de 10 horas en adelante… Por lo que se supone que después de la guarde tengo que buscarle una niñera. Alguien que lo vea crecer, decir sus primeras palabras, sus primeros pasitos… Una desconocida que viva su vida! Por qué su mamá esta dedicando la suya a trabajar.
Y mamá quien será? Esa señora que llega por la noche a casa y que lo baña, le da la cena y lo acuesta. Por no hablar de papá, que tiene que dormir fuera de casa dos veces por semana. Es tan indignante y tan injusto, me están obligando a dejar la lactancia y me están privando de ver a mi hijo crecer.
Los pediatras aconsejan no llevar a menores de un año a la guardería, la OMS que le des leche materna exclusivamente hasta los 6 meses, mi trabajo que cumpla un extra de horas y me dedique al 100% a cumplir objetivos y asistir a reuniones a deshoras, pero a nadie le importa lo que quiere mi hijo ni lo que es bueno para él.
No todos podemos hacer como la diputada de podemos y llevarnos a nuestros bebes al trabajo. Pero esta claro que para ellos el mejor lugar es en brazos de mamá.
Por favor, nuestros hijos necesitan una baja maternal superior y una conciliación laboral de verdad. Es necesario un cambio en este sentido y muy triste que se tenga que suplicar algo tan humano y verdaderamente importante como el derecho de pasar tiempo con nuestros hijos.

Ojalá ese cambio llegue algún día no muy lejano…
Categorías
Unaporuna

Ser mamá no era otra cosa…?

Esta carta que leí el otro día aquí,quería compartirla con vosotros. Para todas las mamás, las futuras mamás y para las que como yo, tienen a una recién estrenada mamá muy cerquita…porque visto desde fuera, parece lo más bonito del mundo, y seguro que es más de lo que nos imaginamos, pero también es muy duro…

Y aprovecho esta carta para Felicitar a una súper mamá, que esta mañana ha presentado su tesis doctoral, que tiene un niño de 1 añito y que es toda una mamá trabajadora! Compaginar todo eso viviendo en Madrid y sin ayuda, no debe ser nada fácil.

Otro día os contaré mi opinión sobre esto…que llevo varios días con el tema en la cabeza…

Querida, la gente te dirá que ser madre es maravilloso, pero eso no es verdad. Maravilloso es una palabra que pertenece a tu vida anterior a ser mamá. Viajar era maravilloso, leer a Murakami, ir a conciertos, comprar billetes para el paraíso y embarcar de la mano de tu padre rumbo a países exóticos, era maravilloso. Pero ser madre es otra cosa. Es una nueva verdad que te estalla en la cara como 1000 fuegos artificiales. Es una convulsión, un tsunami de agua dulce, una descarga de Verdad. Creíamos que la vida era aquello, cuando en realidad era esto. Que la felicidad se podía explicar, cuando no hay calzador que la meta en una sola palabra. Que ya sabíamos de que iba el libro, cuando no habíamos empezado siquiera el prólogo. La maternidad es un viaje hacia dentro. Una montaña rusa emocional que te lleva de paseo por todas las estaciones de tu vida para reconciliarte con tu pasado y poner patas arriba tu futuro. Y tú vas arriba y abajo y al centro y pa dentro, al principio sin control, hasta que te conviertes en el capitán de la enloquecida nave nodriza, sintiendo que tienes una Misión en este mundo, porque llevas a otro en el asiento de atrás y debes llevarle a alguna parte, una mejor a ser posible. Entonces te transformas en tu mejor versión de ti. Y aprendes a darte por entero y dejas de ser alguien que sólo pensaba en si misma. Así de simple. Te vacías y te llenas todos los días. Surcas el universo con una responsabilidad a la espalda y  tu alma a flor de piel, tratando de cambiar el mundo, para que el mundo sea mejor para tu hijo, del mismo modo que quieres que tu hijo sea mejor para el mundo. Y eso es más grande que todo lo que pensabas que era Estar Vivo. Sentirse vivo es una cosa, pero estarlo…, estar realmente viva las 24 horas del día en un estado permanente de enamoramiento y crispación, agotada, con el corazón en un puño y un motivo más grande que tú para seguir viviendo en el otro, es todo menos aburrido. La etapa más dulce, sorprendente, salvaje, dura, amorosa, electrizante e inesperada de tu existencia, es sin lugar a dudas la maternidad, aunque te pises las ojeras con los zapatos y tu vida no se parezca en nada a eso que pensabas que iba a ser “ser mamá”.