Antes de que empecemos a pensar en el 3&1 teníamos pendientes bastantes fotos de cuando Carlos cumplió 2 años:
Etiqueta: la casita de las estrellas
#elladijoSÍ
algún que otro aperitivo (la cebolla frita no suele faltar en nuestras barbacoas 😉 )
y una mesa bonita para 6:
El caso es que cuando llegaron, mi hermana me preguntó varias veces que cómo es que habíamos preparado todo tan mono, que porqué nos habíamos «molestado» tanto, que si es que teníamos algo que contar, etc. y lo cierto es que hubo algo en la forma de preguntarlo que me extrañó un poco…
pero la verdad es que lo último que me esperaba en el momento de sentarnos a la mesa era encontrar, sobre cada servilleta, unas tarjetas:
Ya sé, ya sé, nos pedís más recetas de salado y, si pueden ser light, mejor, pero es que a mí me divierte mucho más cocinar dulce! Y además me parece más fácil para hacerlo con niños 🙂
A diario es verdad que intento evitar tanto azúcar como harinas refinadas para los niños, y normalmente las recetas que os ponemos de tartas y esas cosas son con motivo de cumples, santos, reuniones con amigos y demás excepciones peeero tengo que reconocer que la receta de hoy la hicimos un día cualquiera para desayunar Carlos y yo solos, jj
Hacía un tiempo que habíamos comprado una gofrera y ese día era especial porque íbamos a estrenar nuestro porche, un pequeña zona techada que añadimos delante de la casa el verano pasado,
Ya lo habréis visto en otras fotos de la verbena de los 30, etc. pero éste fue el primer día que desayunamos nosotros dos en nuestra mesa de bobina que tanto tiempo buscamos hasta que mi padre nos la consiguió:
Bueno y a lo que íbamos, quizás no hoy ni mañana, quizás tengáis también que buscar una buena excusa para celebrar algo pero si os gustan los gofres, tenéis que probar esta receta!
Ingredientes:
El azúcar perlada nos costó bastante encontrarla aquí en España pero al fin dimos con ella en Carrefour 😉
Elaboración:
Primero mezclamos huevos, vainilla, sal, la mitad de la mantequilla y
la leche con la levadura previamente disuelta, batimos bien con las
varillas y vamos añadiendo poco a poco la harina. Tapamos con un paño y
dejamos reposar aprox una hora, hasta que leve la masa.
Luego
mezclamos con el resto de la mantequilla a temperatura ambiente y
añadimos el azúcar perlada. Amasamos y dividimos en bolas como de unos
100 gramos, y dejamos reposar media hora más (los tiempos de reposo siempre son un rollo pero son importantes para la textura final).
Por último calentamos la gofrera y vamos metiendo las bolas de masa unos 3-4 minutos cada una.
Y ya sólo falta buscaros un buen ayudante para hacer alguna foto antes de que desaparezcan:
Aviso importante: para que salgan bien la gofrera es fundamental; nosotros probamos antes con otros tipos, incluso con la sandwichera, y los resultados fueron bastante desastrosos, lo advierto.
Nada que ver con esta pinta:
Y desde aquel día que mandé alguna foto al grupo de whatsapp de mis amigas tenemos pendiente una merienda en casa a base de gofres y green smoothies, una combinación un tanto rara…
Empezamos la semana con un post que os debíamos hace muchísimo tiempo, la historia de nuestra casa; estos días hace 4 ¿o 5? años que empezamos a darle vuetas a una idea…
Fue durante una escapada a Soria como la que hemos hecho este puente, que casualmente en un camping en el que a vaces vamos a comer había unas «casitas portátiles» que estaban enseñando y se nos ocurrió ir a ver. El precio era muy bueno y de repente nos vimos preguntándonos, y si plantamos una de éstas en el jardín de mis padres? La cosa salió así, más como una broma que otra cosa, porque nosotros estábamos muy contentos donde estábamos y porque las casas eran baratas, cierto, pero también muuuy pequeñas!
Total que empezamos a darle vueltas al tema y a buscar opciones que no fuesen tan limitadas como la especie de autocaravana que habíamos visto en Soria (empezar a buscar significa, para mí, rastrear de forma muuy exahustiva en internet, jeje) en poco tiempo me había vuelto experta en casas prefabricadas-portátiles. Después de mirar mucho, muchísimo, centramos un poco los requisitos: lo primero es que tenía que ser móvil, porque hay muchas casas que son prefabricadas pero no son móviles, una vez que las pones en un sitio ya se tienen que quedar ahí para siempre y al fin y al cabo estábamos contando con un terreno que no era nuestro… si algún día mis padres necesitan ese hueco, si por lo que sea se cambian de casa, si ésta se nos queda pequeña o cualquier otra cosa, pues nos la llevamos a la playa y listo 😉 venga, vale, o a Soria……………
El segundo requisito pero igual de importante es que nos tenía que gustar, nos tenía que gustar mucho, vaya, porque si íbamos tanto a dedicarle nuestros ahorros como a hacer que mis padres sacrificaran parte de su jardín que fuera por algo que nos gustara más que la casa en la que vivíamos , en la que estábamos encantados. Y un tiempo después tengo que decir que, aunque en conjunto hemos ganado muchísimo aúncuando veo las fotos de la otra casa la echo de menos… fuimos muy felices allí, y el salón creo que era más acogedor que el de ahora, no consigo averiguar porqué parecía como más terminado.
Y por supuesto, tenia que ser algo cómodo para vivir… y que pudiésemos permitirnos sin tener que estar hipotecados los próximos 25 años, puesto que no sabíamos cómo de provisional podía ser.
Con todas estas premisas las opciones ya iban reduciéndose… tanto que no veíamos nada demasiado factible, pedimos varios presupuestos, las distribuciones que nos ofrecían no terminaban de convencernos así que empezamos a plantear la opción de construirla a nuestro gusto con contenedores marítimos reciclados. Una locura al principio eso de irnos a vivir en un bidón, como nos decía una amiga.
Y vuelta a empezar la búsqueda de quién podría hacérnosla.
Nos gustaron muchas cosas, estuvimos hablando con los chicos de Infiniski,
de los que además he de reconocer que me flipa el slogan,
Preguntanos por la casa móvil de Vodafone!
Nos reunimos en Madrid con el director de Modulab,
los mismos que habían hecho la suite viajera de rusticae,
Pedimos presupuesto a todo lo que veíamos, unas de las que más enamorada me tenían eran las Nomad home
Por supuesto nos encantaron éstas de zenKaya pero esta vez había que traerlas desde Sudáfrica…
Menos mal que en una de esas sesiones de búsqueda, de repente, vimos algunas propuestas de edificios hechos con contenedores y al ver la dirección del estudio de arquitectura, voilà! si era en Córdoba! cuando lo leí no podía ni creérmelo, creo que comprobé la dirección como 4 veces antes de llamar, jajaj! Y resultó que efectivamente era un estudio de aquí de córdoba que, si bien no habían hecho aún nada real con contenedores, sí tenían muchas propuestas y, sobre todo estaban dispuestos a intentarlo; no podíamos creer que hubiésemos tenido tanta suerte!
Y como nos estamos extendiendo demasiado, el próximo día os contamos la aventura en la que nos metimos ese mismo día…
Aunque este año ni siquiera esté haciendo frío, hoy os traemos un poco de inspiración para una merienda de invierno en casa,
Ideal para uno de esos días en los que el viento agita los árboles y, por qué no, si vivís en otras latitudes, la nieve se disfruta a través desde el otro lado del cristal:
Sólo necesitamos un mantel de lino, unas ramas de pino y un puñado de amigos;
Hornear unas pastas,recuperar una bobina de cuerda de un restaurante de Barcelona que nos encanta, sacar las servilletas que nos hizo abuela ;),
unos cubiertos antiguos, velas,
MERRY lazy CHRISTMAS
Una de las cosas que queríamos hacer era una sesion de fotos navideña y qué mejor que la mañana de Navidad…