El martes os contábamos por encima cómo era la casa donde hemos pasado los veranos desde que nacimos, y hoy vamos a enseñaros un poco más de la historia de estas casitas…
Ehh, hasta nuestra abuela forma parte de la historia de las casitas!
Unas casitas abocadas a desaparecer en pocos años si no hacemos nada por evitarlo, y con ellas, una forma de veraneo que nos encantaría poder compartir con nuestros hijos.. y con nuestros nietos si puede ser 😉
Pues ahora llega el momento de pediros un poco de ayuda, por si alguien quiere aportar su granito de arena, nunca mejor dicho, para que el mar tarde aún en llevarse nuestras casitas, podéis firmar AQUÍ y os estaremos muuuy agradecidas ;)!
Incluso algún día podemos hasta invitaros a pasar unos días allí, jjj!