El otro día nos invitó una amiga a cenar a su casa. Cuando nos invitan a una casa, nos gusta llevar algún detalle, algo sencillo que le pueda gustar.
Para esta ocasión elegimos un exfoliante casero, porque lo hicimos hace tiempo para nosotras y nos encantó el resultado; es fácil, huele bien y deja la piel muy suave.
Lo primero, los ingredientes que utilizamos para hacerlo:
Lo mezclamos todo y lo dejamos una hora en un cuenco, para que coja bien el olor, (Mmm, huele a canela que apetece comérselo…).
Después lo ponemos en un tarro bonito, un poco de cuerda, washi tape y unas instrucciones de uso:
En la tapadera, imprimimos una etiqueta que ponía: «Con este exfoliante, te sentirás mucho más elegante».
«MODO DE EMPLEO:
Cójase entre las manos, un puñadito de grano. Cuidadosamente frote palmas, dorso y comisura de las uñas (para las secas pezuñas). Mientras más rato mejor -uno o dos minutos son-. Enjuáguese en agua templada y disfrute de suavidad y olor el resto de la velada.»
Lo pusimos en una bolsa craft, con una nota dándole las gracias por la invitación:
Y ya tenemos nuestro regalito listo para dárselo:
Os animamos a que probéis a hacerlo en casa, y por la noche antes de iros a dormir, lo utilicéis. Ya veréis el resultado 😉
¡Hasta mañana!