Al máximo.
Antes era sólo Carlitos, mi persona favorita del mundo mundial. Y mientras más tiempo paso con él, más segura estoy de que tiene un don. Tiene algo que hace que todo sea divertido. Que te apetezca hacer cualquier cosa con él a cualquier hora. Aunque te canses, y mucho J. Cuando voy a Córdoba casi no quedo con mis amigas, porque me flipa estar con él. Este año los días que he podido ir a la
feria, he preferido estar con él. Y me encanta la feria y estar con mis amigas.
Pero ÉL tiene MAGIA. Y lo más sencillo, lo convierte en INCREÍBLE. Y sé que lo consiento más de la cuenta, pero como yo le digo, es un cautivador y camelador nato. Suele conseguir lo que quiere, y es casi imposible decirle que no. Y más con esta cara…
Pero ahora son dos. Creía que había que repartir ese amor entre los dos, pero no ha hecho falta, porque se ha multiplicado. Martín es un bombón de chocolate blanco. De los que están rellenos de blandito. Siempre está sonriendo. Me encanta verlos juntos. Siendo tan pequeños se adoran por encima de todo. Carlos necesita tenerlo cerca, darle abrazos, cogerle las manitas y enseñarle todas las cosas gamberras que sabe. Y Martín necesita ver a su hermano. Se entretiene en su sillita mirándole y riéndose sin parar.
Ojalá ellos tengan la misma relación que tenemos mi hermana y yo.
para que sean igual de felices que son ahora.
FELICIDAD en persona. Y eso, también es MAGIA.
mal momento, nunca perdáis la
tanto…
Una vez todos los aldeanos decidieron orar por lluvia, se reunieron en la plaza, pero sólo un niño llevaba paragüas. Eso es la FE.
La sensación de un niño de 1 año cuando lo tiras al aire, él se ríe, porque sabe que no lo dejarás caer. Eso es la CONFIANZA.
Todas las noches nos vamos a la cama sin ninguna garantía de despertar vivos, pero todavía tenemos planes para mañana. Esto es la ESPERANZA.