Este verano me decía una amiga, ya os lo conté, que le extrañaba mucho, con lo reservada que yo soy, que tuviera un blog. Por la forma de decírmelo no me sonó demasiado positivo…
Al volver de las vacaciones leíamos este post de Sonambulistas y prometíamos contestarlo, contandoos algunas de nuestras razones para escribir el blog.
Quizás una de las razones más importantes, si no la principal hoy por hoy, es que tenemos tantas cosas bonitas en nuestra vida que nos da pena disfrutarlas nosotros solas, sin compartirlas con los demás. Porque compartir es como vivirlo otra vez.
También hubo un tiempo en el que el blog fue una plataforma desde la que desahogarnos… Hubo post como éste o éste, que sirvieron para gritar al mundo cómo nos sentíamos, ya que siempre hay cosas que es más fácil decirlas por escrito,
Sirvió para unirme mucho a mi hermana, para compartir retos y buscar intereses comunes; para tener la mente ocupada (como os contábamos aquí, el motivo de no parar nunca) y que los días no se convirtieran en losas de hormigon que aplastaran nuestras, por aquel entonces escasas, pompitas de jabón.
Pero también sirve para compartir cosas que nos encantan como las manualidades, el bricolaje o la decoración, con personas más o menos desconocidas pero con inquitudes parecidas; ya que a veces nuestras amigas no estaban muy interesadas en esos temas, en vez de mandar una foto de lo que hubiéramos hecho al mítico grupo d wasap simplemente lo colgamos en el blog; una forma de conectar con gente con intereses comunes, que a veces echamos de menos alrededor.
Gracias al blog hemos «coincidido» con personas estupendas, algunas que viven lejos y no las habríamos conocido de otra manera y otras, quizás las que más te sorprenden, personas cercanas a las que habremos saludado miles de veces pero nunca nos habíamos parado a charlar tranquilamente con ellas, no habíamos descubierto que tenemos tantas cosas en común… Nuestra madre siempre dice que todo el mundo tiene su alma en su armario, una forma de decir que todos tenemos dentro mucho más de lo que mostramos y que sólo hay que saber abrir ese armario; a veces los blogs, esa forma de «hablar» sin verse, de compartir reflexiones, en la que cada uno puede elegir el momento, sin interrupciones, nos prestan la llave para algunos de esos armarios.
Y por último, y esto ya lo hemos dicho muchas veces, es una forma de esforzarnos por mejorar cada día, por hacer planes chulos, por presentar bien las cosas… O por hacer mejores fotos.
En definitiva, como dice Mar, escribir un blog lleva mucho tiempo y esfuerzo, por supuesto! Creo que más de lo que piensas cuando lo empiezas, sobre todo porque normalmente quieres ir mejorándolo, escribir mejor, planificar mejor… Y al final te descubres pensando en el blog muchas más horas de las que habías imaginado.
Pero nos compensa, no se trataba de eso?
Incluso a veces tienes un aliciente más para según qué planes, los vives más, te esfuerzas por conocer nuevos hoteles, ir a comer a sitios distintos que seguro que a nuestros seguidores les gusta.
El blog acaba influyendo en tu forma de ver la vida; nos gusta pensar que es una influencia muy positiva, claro.
Y todo esto hace que sigamos apuntándonos a cursos, sin pararnos a pensar en qué momento del día vamos a hacerlos… Hoy empezamos uno distinto, en principio más personal pero que inevitablemente se verá reflejado también aquí, en nuestro diario de compartir.
¿Suena bien, no?