Hoy me toca a mí.
Por una vez, y con vuestro permiso voy a colarme un momento en el rincón de {1×1}.
Sí, yo soy la morena que acaba de cumplir treinta, y ahora me toca hacer balance (que en nuestra familia somos muy de eso).
Es verdad, aún nos siguen preguntando si somos gemelas, y yo me pregunto… ¿Cómo se puede ser tan iguales siendo tan distintas?
Todo aquel que nos conoce sabe que somos como el blanco y el negro, el día y la noche, el Ying y el Yang… pero es precisamente eso lo que nos hace inseparables.
Hoy no quiero echar la vista atrás, eso ya lo has hecho tú y has vuelto a emocionarme, hoy sólo te pido,
Te pido que cuando llevemos tiempo sin vernos sigas buscando ese ratito para llamarme; te pido que cuando te llame sigas contestando siempre con un “qué pasa locaaaaaaa”; que cuando estés dándote tu súper baño de espuma semanal me lo hagas saber para que me muera de envidia; que me sigas haciendo mil preguntas sin respuesta para que podamos estar hablando horas sin llegar a ninguna conclusión; que me sigas contando que te da miedo entrar sola a la cochera y que no te cuelgue para sentirte acompañada; que sigas organizando planes para todos los primos (y los no tan primos); que me dejes sin batería todos los días de tanto whatsapp; que sigas siendo tan “disfrutona”, que me contagies de tu entusiasmo, que me hagas llorar de la risa!!
Te pido que cuando me emocione me sigas abrazando; te pido que cuando esté triste inventes cualquier historia divertida. Te pido que por inventar… inventes algo a diario!
Que me sigas recordando todas nuestras anécdotas, que me sigas alentando para que todos los años me haga un traje de gitana y celebre mi cumpleaños. Que me sigas haciendo soplar las velas!!
Que me digas que soy una pava, que tengo mal genio y que pongo mala cara…
Por pedir, te pido que perdones mis errores, nunca quise hacerte daño.
Te pido que sigas contando conmigo.
Te pido que no me sueltes la mano…
E.T.