El domingo pasado, un amigo (lo nombro porque no nos esperábamos que ese plan viniera de él, y con esto lo animamos a que siga inventando planes nuevos 🙂 propuso irnos a tomar el Brunch.
Aquí no es muy típico, y yo siempre lo he tomado cuando he viajado fuera de España, pero cada vez son más los sitios que lo ofrecen.
Hacía tiempo que había fichado este sitio para hacer un curso de cocina, y reservé en dos ocasiones que luego tuve que cancelar por tema de trabajo, así que me apetecía muchísimo ir.
Quedamos allí a las 12:30 (os recomiendo que reservéis, porque siempre está lleno). Como no habíamos desayunado, íbamos muertos de hambre.
Pedimos para empezar dos cestas de pan (éramos 6) con diferentes quesos y embutidos. No os perdáis la mermelada de limón, fue un acierto.
Lo más típico son los huevos benedictinos, que están espectaculares.
Además también pedimos los bagels; algunos de salmón, philadelphia y rúcula, y otros de bacon y huevo.
Y por supuesto, tenéis que dejaros hueco para el postre.
¿Lo mejor? Las tortitas con caramelo. Muy bueno también el brownie y el yogur casero con muesli y fruta cortada.
Aquí podéis ver nuestra elección:
