Estábamos pensando que… ya hace mucho que no os enseñamos un hotelito de esos que nos gustan en {1×1}! Y recordando sitios que nos hayan gustado mucho, mucho, mucho y encima recomendable para esta época del año, rescatamos las fotos del viajecito que hicimos en familia por la Provenza.
Nosotros fuimos hace 2 veranos, porque el destino final era la Costa Azul, pero ahora en primavera tiene que ser un gustazo ver los campos de lavanda así:
Como os decía, la Provenza fue sólo una paradita para que el viaje en coche no se hiciese tan pesado pero, aunque sólo estuvimos 2 días, nos encantó!
Teníamos gana de conocer Carcassone, un pueblo medieval amurallado, declarado en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; tan bonito que haremos un post sólo para esas fotos :).
Hoy toca enseñaros dónde pasamos la noche, en Conques sur Orbiel, una aldeita a 10 min de Carcasonne con un Bed & Breakfast familiar que nos cautivó. Al principio nuestros padres iban un poco desconfiados porque habíamos elegido nosotros el sitio y ya les habíamos avisado que no era un hotel convencional. La llegada por un caminito sin asfaltar y el aspecto de casa de pueblo (sólo tiene 4 habitaciones) hizo que todos dudáramos de la elección mientras aparcábamos el coche…
Sin embargo, una vez que salió el dueño a abrirnos la puerta y nos desbordó con su amabilidad y sus recomendaciones, se pasó el susto! La verdad es que se le notaba que estaba encantado con su trabajo, y eso se agradece mucho.
Y ya cuando nos enseñó nuestras habitaciones…
Las letras gigantes, los bancos y mesillas de madera,
la silla!
hasta las paredes desconchadas nos parecían bonitas 😉
La alfombra,
los colores ;),
¿y qué nos decís de la pared de piedra?
pero sobre todo, sobre todo… cuando llegamos al baño… (emoticono de lágrimas)
¡¡¡¡MI bañera de patas!!!!!
Por si alguien por aquí aún no se ha enterado, ME EN CAN TAN las bañeras de patas!! Yo cuando la ví no necesité nada más para saber que me encantaba estar en ese hotel (lo peor fue que esa habitación les tocó a mis padres, que prefieren la ducha, buaaaaaaa)
También somos fans de los lavabos de cemento pulido y, también los tenían! (y tampoco me tocaron).
Al igual que las habitaciones, las zonas comunes estaban llenas de detalles, con esa decoración mezcla de rústico-diseño-gusto personal de los dueños que llena de personalidad toda la casa.
Antes de acostarnos nos preguntaron para qué hora querríamos que fueran horneando los croissants, ummm!
Croissants calentitos, mantequilla, distintas mermeladas elaboradas por la dueña de la casa, café recién hecho y una larga mesa de madera que invita a alargar también el desayuno… ¿se os ocurre mejor forma de empezar la mañana?
Os dejamos con las vistas desde nuestra ventana:
«La maison pujol, un estilo, un ambiente, un espíritu»
Feliz martes soñando con futuros viajes…