Cuatro años desde aquel día.
Cuatro, de caminar juntos.
Cuatro años con paso firme
Cuatro años con golpe duro.
..
Cuatro años de una promesa.
Cuatro años de alegría
Cuatro años que vivimos,
nuestra vida compartida.
..
Bebo los vientos por tí,
de eso no me cabe duda,
que yo te quiero, mi amor,
te quiero hasta la locura.
..
Más por los duros momentos,
que por los ratos tranquilos,
es por lo que yo te quiero,
es por lo que yo te digo…
..
eres mi luz, mi camino,
mi esperanza, mi alegría,
todo lo que yo he querido,
y para toda la vida.
A Marta.
Hoy la entrada me la han dado escrita, sólo puedo decir
y ojalá sean muchísimos más.
Feliz fin de semana!
Un escritorio para mi cuarto…
Ahora trabajo desde casa (ya os contaremos en otro post, ventajas y desventajas de trabajar desde casa) y necesito tener un espacio dedicado a eso. Aunque viajo mucho, el tiempo que estoy en casa no me gusta trabajar desde el sofá, o el salón. Prefiero tener un sitio en el que me pueda concentrar, entre mucha luz y pueda estar sola. Al ser un piso compartido, no hay habitaciones vacías donde hacer un pequeño cuarto de estudio/despacho (ya me gustaría); así que tiene que ser un rincón pequeñito de mi habitación.
He pensado poner una mesa hecha con 2 caballetes y un tablero.
Estéticamente me gusta mucho como queda y además ocupa poco espacio.
No sabía si poner los caballetes color madera, como éstos…
O de color blanco, como éstos:
Al final y con ayuda de mi hermana y mi madre he comprado los blancos de Ikea, que además de tener buen precio, son muy útiles porque tienen unas baldas abajo, perfectas para colocar una impresora y papeles varios.
Ahora queda el tablero, que no estoy segura si ponerlo de cristal o de madera…
Y una vez que tenga el escritorio, quiero ponerlo bonito y acogedor, para además de trabajar ahí, poder sentarme a la hora de escribir el blog, hacer algún curso online que tanto nos gustan, o simplemente navegar por internet en busca de ideas.
Prometo enseñaros el resultado a ver que os parece 😉
Todas las imágenes podéis verlas aquí.
¡SI, ya es jueves ;)! Las semanas vuelan…
El otro día nos invitó una amiga a cenar a su casa. Cuando nos invitan a una casa, nos gusta llevar algún detalle, algo sencillo que le pueda gustar.
Para esta ocasión elegimos un exfoliante casero, porque lo hicimos hace tiempo para nosotras y nos encantó el resultado; es fácil, huele bien y deja la piel muy suave.
Lo primero, los ingredientes que utilizamos para hacerlo:
Lo mezclamos todo y lo dejamos una hora en un cuenco, para que coja bien el olor, (Mmm, huele a canela que apetece comérselo…).
Después lo ponemos en un tarro bonito, un poco de cuerda, washi tape y unas instrucciones de uso:
En la tapadera, imprimimos una etiqueta que ponía: «Con este exfoliante, te sentirás mucho más elegante».
«MODO DE EMPLEO:
Cójase entre las manos, un puñadito de grano. Cuidadosamente frote palmas, dorso y comisura de las uñas (para las secas pezuñas). Mientras más rato mejor -uno o dos minutos son-. Enjuáguese en agua templada y disfrute de suavidad y olor el resto de la velada.»
Lo pusimos en una bolsa craft, con una nota dándole las gracias por la invitación:
Y ya tenemos nuestro regalito listo para dárselo:
Os animamos a que probéis a hacerlo en casa, y por la noche antes de iros a dormir, lo utilicéis. Ya veréis el resultado 😉
¡Hasta mañana!
EL hotel de Zahara
Y hoy, el resto de las fotos (bueeeno no, tenemos muchas más, pero tampoco es cuestión de aburrir…) de la casa de la que os hablamos la semana pasada.
Como os decíamos, quizás lo mejor de la experiencia, además de la casa, sus vistas, la piscina, los días tan tranquilos que pasamos… pues quizás mejor aún que todo eso, fue la forma en que nos sentimos acogidos incluso antes de llegar; desde el email deseándonos un bien viaje, la amabilidad en el recibimiento, la pasión con la que uno de sus propietarios, Gotzon, nos fue enseñando la casa -se nota que está enamorado de cada rincón-, explicandonos su historia, recomendándonos sitios para salir a cenar (que también os enseñaremos) y en definitiva, haciendonos sentir más invitados que huéspedes de un hotel 😉
Nos contó que antes de decidir su ubicación actual, Jose Ignacio y él visitaron diferentes parajes de las costas de Canadá, Florida, el Golfo de Vizcaya, la Costa Brava o Sotogrande con algunas ideas bastantes claras acerca de la luz, la entrada del sol del amanecer en los dormitorios principales,
o la sensación de estar en un barco… ésto último es justo lo que sentíamos desde nuestra habitación; era como estar en el camarote de un barco pero sin marearse ;)!
El arquitecto elegido, Alfonso Ulzugaray, sin duda comparte con ellos muchos de estos intereses, así como la idea de que un edificio debe ser el reflejo de un concepto…
La casa se asienta sobre una plataforma a media altura del acantilado que integra los espacios comunes,
(de aquí te sirves tú mismo el bizcocho recién horneado o las mermeladas hechas por ellos, ummm…)
el uso de piedra anaranjada propia de la zona funde aún más algunas partes de la construcción con el acantilado, y a través de esta escalera se baja a la zona de dormitorios (5 en total, sólo 3 para los huéspedes) menos expuestos a la visión desde el exterior,
Ésta fue la habitación que nos tocó a nosotros, la de «la niña» de Gotzon, que hay que reconocer que tiene buen gusto…
(¡qué casualidad! elhombremásguapodelmundo leía, esos días, Trafalgar, de Pérez Reverte)
hormigón visto,
blanco, madera, vidrio,
y unas vistas increíbles desde la cama…
¿qué más se puede decir?
Además de que es cierta esa sensación de estar navegando…
Hay algunos amigos por ahí que ya les hemos puesto los dientes largos y han organizado su escapadita a conocer Villa Mathesis; esperamos que la disfrutéis tanto como nosotros!
LOMBAY: desayunos, cenas o brunch.
Este fin de semana hemos estado en Madrid. Parece que fue ayer cuando me despedía de esta gran ciudad, y ya han pasado 3 meses. Y a partir de septiembre queremos intentar subir una vez al mes, porque cuando estamos allí, nos acordamos de la cantidad de planes diferentes que nos gusta hacer.
Ha sido un fin de semana muy bien aprovechado: Paseíto por el barrio Salamanca (con sus correspondientes compras), evento especial bodas (que os contaremos esta semana y donde hemos cogido muchas ideas para contaros), desayuno en terracita, cenita con amigas y fiesta 😉
Cuando salimos a cenar, nos gusta conocer sitios nuevos y diferentes, y así después poder enseñároslo. Nuestras amigas que ya conocen nuetros gustos, fueron las que lo eligieron esta vez: LOMBAY.
Un rinconcito muy agradable en Paseo de la Habana donde puedes desayunar (exquisita bollería y croissants), tomar el Brunch (panes artesanales, quiches, petit pans, tartas caseras) o cenar.
Además la decoración es muy sencilla y acogedora: muebles rústicos y decapados; tonos claros en todo el local; diferentes modelos de sillas y mucha luz.
Y flores secas elegidas con muy buen gusto.
Nuestra elección para la cena fue muy acertada: nachos con guacamole, pizza de trufa (imprescindible pedirla), carpaccio, ensalada de tomate y mozzarella burrata y quiches. De postre: Tarta de queso y tarta de zanahorias. No sabría deciros cuál estaba mejor.
Además si váis a cenar, por esa zona hay muchas terracitas para poder tomar una copa después.
Sin duda un sitio que desde ya, lo añadimos a nuestra lista de favoritos.
Ánimo con el lunes 😉
Viernes = Inspiración
Verde agua paraíso
Es un título un tanto extraño pero después de ver las fotos lo entenderéis mejor…
Sé que teníamos pendiente enseñaros el hotel que os contamos en facebook,
y por el que tanto nos habéis preguntado… es que tenía buena pinta, ¿eh? Pues al fin, hemos sacado un hueco para seleccionar «sólo algunas» entre todas las fotos que hicimos.
Nada como empezar con un buen desayuno, todo homemade, por supuesto, en nuestro hotelito… bueno, en realidad no es un hotel, es la casa de unos señores, Villa Mathesis, que alquilan 3 habitaciones a huéspedes escogidos 😉 y te hacen sentirte así, como en tu propia casa!
Pero a ellos ya os los presentaremos en el próximo post, que merecen un espacio propio y aquí os váis a distraer con las vistas:
(son dos fotos iguales, lo sé, pero no he sido capaz de elegiiiir)
Un vistazo a África, tan cerca…
entre la Playa de los Alemanes y la de de Zahara (14km de playa!), éstas son las vistas que se disfrutan desde el comedor:
Imposible resistirse a un baño antes de bajar a la playa!
(ésta es la única forma de salir los 2 en alguna foto 😉 )
Y después de una jornada de playa que os enseñaremos otro día, aún nos quedaba paladear una puesta de sol así de increíble,
Hoy os dejamos sólo estas fotos «inspiradoras», para que os entren muchas, muchas ganas de ir; tenemos tantas fotos que los interiores los vamos a dejar para otro post (asi tenéis gana de leernos la semana que viene) porque la casa en sí merece su entrada propia y, como hemos dicho antes, a lo mejor viendo esta escala de turquesas no sóis capaces de ver nada más…
No está mal despedir así el día… ¡hasta mañana!