Venimos de la inauguración de una exposición de fotos de la que os hablaremos la semana que viene, y en el bar en cuestión nos hemos encontrado una serie de citas,
Una BABY SHOWER muy especial.
El post de hoy me cuesta mucho trabajo escribirlo y además me produce un sentimiento de tristelicidad. Inevitablemente me pone triste, mucho más triste de lo que nadie puede imaginar, pero también feliz, porque disfruté muchísimo con la preparación y lo hice desde el amor más grande y sincero que se puede hacer algo. Hacia mi hermana y hacia mi primer sobrino. A los 2.
Hace ahora un año, organicé una Baby Shower sorpresa para mi hermana. Os la contaré en varios post para que no se haga muy largo.
Lo primero, LAS INVITACIONES.
A ella le encantan las manualidades, por eso quería que todo fuera hecho a mano. A mí en aquel momento no me interesaban mucho, la verdad, pero puse todo mi cariño y esfuerzo en hacerlo lo mejor posible.
Como en aquella época ni teníamos el blog ni pensábamos tenerlo, no tengo fotos buenas, pero si que hice algunas para luego regalarle un álbum de recuerdo.
La invitación consistía en un sobre craft que se abría en forma de cajita, de selfpackaging
y dentro encontrabas lo siguiente: Una foto de mi hermana embarazada, una tarjeta con una frase estampada con sellos, un cartón (de una caja) con la información de la fiesta y un pequeño sello de unas manos, o unos pies, junto con una frase, «READY TO POP!». La idea de la frase me la dio Bea, autora del precioso blog Con Botas de Agua.
Todo dentro de la cajita y cerrada con cuerda vieja y puntilla de encaje blanco. También puse etiquetas con los nombres de cada una de las invitadas.
La semana que viene os enseñaré los detalles de la fiesta; siempre nos quedará el recuerdo de un día muy especial…
TRISTELIZ…
Como os adelantamos aquí, en una escapadita que hicimos por la Costa Brava estuvimos en el hotel más peculiar que habíamos visto nunca,
Cerca de Olot, rodeado del paisaje volcánico de La Garrotxa, encontramos estos cinco pabellones (habitaciones) que combinan estructuras metálicas con vidrio y lava, diseñados por el estudio RCR y expuestos en el MOMA.
Un hotel al que acercarse con gana de una experiencia diferente…
La recepción es una nave de techos altos, cemento visto y un mostrador de chapa negra con 12 velas… y 6 coles.
Sin más luces que distraigan de lo esencial, la propietaria nos invita a adentrarnos en el espíritu del hotel, en una vida en sintonía con la naturaleza.
Un sobrio pasillo de acceso, y nuestro pabellón:
lava en el suelo, vidrio en las paredes, y el cielo como techo.
Sencillez, una cama.
A pesar de la «charla iniciática», sorprende.
Sorbete de bienvenida, mantas para disfrutar de las estrellas.
Una pila sin grifo, el agua fluye incesante;
la ducha, de cantos rodados,
muy relajante.
A la hora convenida, el desayuno aparece como por arte de magia en la puerta,
básico y muy, muy rico:
Horas para disfrutar el baño, mirar las estrellas, desconectar,
descansar, comulgar con la naturaleza,
¡recolectar coles!
Y por supuesto, conocer los alrededores; te preparan una bolsa de Picnic dDía, pan, embutido, botellita de vino, fruta, una manta… y unas acuarelas de los sitios que merece la pena visitar:
o Picnic dNoche, el más romántico… pero eso ya es otra historia… u otro post ;)!
El taller de los primos
¿Como ha ido el fin de semana? El nuestro muy movidito entre boda, preparativos para nuestro nuevo proyecto, manualidades, etc. Parece que lo de las manualidades es una «enfermedad» familiar, así que hoy os vamos a enseñar las que hicimos el otro día en casa de los primos.
Tienen instrumentos para hacer de todo, pero últimamente les ha dado por las letras, que ya os contamos aquí que nos encantan…
Desde las pequeñitas, de madera,
sueltas o para usar como llavero,
otras forradas de gasa,
¡de hormigón armado!
et voilá! ya tienen sus nombres: