De celebración en celebración, hay que envolver un montón ;)! así que hoy vamos a proponeros una forma original y muuy fácil de envolver regalitos. Si sois de los que tardáis medio segundo en abrir un paquete, no os dais cuenta del color del papel en el que va envuelto o, más grave aún, ¡lo rasgáis!, definitivamente esta entrada no os va a interesar mucho…
Si en cambio creéis que a menudo, un regalo lo disfruta más el que lo hace que el que lo recibe, y que el cuidado que se ha puesto en presentarlo también refleja el cariño del que regala, os entrarán ganas de tener que hacer un regalo pronto y así probar esta sencilla técnica que sólo necesita un pliego de papel (que sea bonito, eso sí 😉 ) y una bobina de hilo.
Nosotras nos hemos complicado aún menos y hemos usado directamente sobres de papel kraft; metemos el regalo y en vez de usar cinta adhesiva…los cosemos!
Estos son los materiales que usamos,
y las pruebas con los diferentes puntos que admite nuestra máquina de coser:
Y éstos son los resultados:
Si queremos un acabado más artesanal, o simplemente no tenemos máquina de coser, se hace a mano, como en el segundo sobre; más fácil que pegar botones!
Para personalizarlos un poco más nos encantan las etiquetas hechas con la Dymo manual rescatada de la lata de manualidades de nuestro padre,
clac i, clac i, clac i,
cualquier excusa es buena para hacerla sonar, más rápido que imprimir y recortar!
O hacer un «bolsillo» con la costura:
y meter dentro una nota, adelanto velado de lo que encontraremos en el interior, que aunque es lo realmente importante, de nuevo, no es lo único, tampoco en los regalos. Quizás por eso nos parezca tan importante el continente, porque la primera impresión, también cuenta.
…y además, sólo con unos buenos zapatos de toda la vida es posible escuchar los propios pasos: el eco de ti mismo en una habitación, en una escalera, en un viejo café, en las calles de una ciudad antigua. En la madera del puente de las Artes de París, en el barrio de Santa Cruz de Sevilla, en las noches silenciosas e invernales de Venecia. Unos buenos zapatos ayudan a creer que no pasas por la vida sin dejar huella.
A. Pérez-Reverte
ANDA, eso decía tu regalito… que siguieses andando, siempre hacia delante, como hasta ahora. Cada vez más lejos. Y seguirás dejando huella, por supuesto. Nosotras, muchas veces, encontramos el camino gracias a esas huellas.
Felices