Hace un par de años hicimos una escapadita por la Costa Brava en septiembre; un viaje corto y bastante tranquilo pero que nos sorprendió por lo mucho que nos gustó, tanto el paisaje y la gastronomía como los hoteles, que fuimos buscando sobre la marcha y tuvimos la suerte de acertar ¡en todos!
Cada noche decidíamos donde dormir y qué visitar al día siguiente… me encantan los viajes improvisados y éste fue un éxito total:
Salimos de mi ciudad favorita hacia Llafranc, a un viejo faro reconvertido en hotel,
Hotel El far |
Paredes de piedra, grandes ventanales,
una gruta para exposiciones…
Como buen faro, está situado en un acantilado sobre el mar,
con unas vistas increíbles:
Rodeado de pueblitos (Palafrugell, Begur, La Bisbal…)
¡todos merecen la pena!
con sus plazas de piedra, sus calas, su pan tumaca y sus anchoas de l´scala, etc.
Y siempre guiados por nuestro faro…
entre ellos, el hotel más peculiar en el que hemos estado nunca!