La semana pasada, cuando estuve en nuestras oficinas de Galicia, un día me dijo mi jefe que no podía reírme tanto, ni tan fuerte, en la oficina claro! Al día siguiente bromeaba con mis compañeros de que llevaba un papel con temas tristes, y lo iba a leer cada rato, para intentar no reírme…y de pensarlo, me volvía a reír. Me dijeron que si los andaluces estamos siempre riéndonos o soy yo que estoy todavía en la edad del pavo…
Pues no sé que será, pero suelo pasar el 80% de mi tiempo gastando bromas, riéndome por tonterías, o intentando hacer reír a alguien. Tanto que luego cuando cuento algo en serio, nadie me cree.
El 10% restante estoy en silencio (tiempo suficiente) y el otro 10% preocupada o pensando en algo importante. Si, debe ser que pienso poco en cosas importantes…Pero creo que ya tendremos tiempo de preocuparnos y pensar en cosas importantes como lo hacen los mayores…
O mejor dicho, LOS PADRES. TODOS.