Estos días hace un año que hicimos una escapadita muy, muy corta (una noche, lo menos que se despacha, aunque @elhombremasguapodelmundo me dijo el otro día que ya que Martín sigue comiendo mucho por la noche, nos podríamos ir a algún sitio «aunque sea un día, sin noche» y yo que me hablan de irme de viaje y pienso, por ejemplo en Namibia, no me veía yéndonos a pasar el día a, -yo que sé a lo que se referiria, ¿La Carlota?- a 50 grados, llamadme rara). El caso, que me desvío del asunto, es que teníamos una boda en la sierra de Aracena y aprovechamos la ocasión para conocer un hotelito que siempre que vamos por allí me llamaba la atención, La Posada de Valdezufre.
Nunca antes nos habíamos quedado allí porque preferimos dormir en Higuera de la Sierra, un pueblo que siempre me trae buenos recuerdos, siempre que vamos pasamos unos días estupendos, tranquilos, nos tratan como si fuéramos de la familia!
Ese sábado llegamos, nos arreglamos y nos fuimos de boda pero el domingo fue uno de esos días lentos que tanto se valoran cuando tu vida diaria es un no parar de niños-bebés,
El hotel es una casona rehabilitada con mucho gusto; eso sí, nada que ver con hoteles que os hemos recomendado otras veces, las habitaciones son más bien básicas,
pero el resto del hotel tiene un encanto especial, que no sabes si estás en la toscana o en la sierra de aracena ;),
con sus glicinias, su bugambilla, su terraza para cenar al fresquito de la sierra, su huerto…
Un baño en la piscina, un rato de lectura en el jardín, una comida en su más que recomendable restaurante y una siesta,