Antes de nada,
¡¡FELIZ 2016!!
Empiezo el año con una paz interior que hacía muucho tiempo -años- que no sentía; la sensación de estar donde quiero estar, haciendo justo lo que quiero hacer. De no necesitar absolutamente nada más de lo que tengo, por eso me he sentido tan identificada con mensajes como estos,
De ser consciente de que es el momento de disfrutarlo a tope (aunque a lo mejor cuando vuelva a trabajar tengo un poco menos de paz, jeje).
Nunca como ahora me he sentido tan bien, y eso que es domingo por la noche y último día de Navidad! Y encima tengo la casa empantanada entre regalos de reyes, zapatos de invierno que aún no había sacado, adornos de Navidad por guardar… Pero este año tengo unos propósitos diferentes (nada de inglés, gimnasio o verduras, gracias). Quizás os los cuente un poco más adelante, cuando los asiente; de momento hoy ponen una peli a las 10 que me apeteció ver y me dispongo a ello. Proponerse ver un poco más (vamos, verla al menos una noche a la semana) la tele es ir muy a contracorriente, ¿no, abuela?
Creo que éste va a ser el año de volver a la simplicidad (y el año de abandonar la decoración a base de palés, por Dios! 😉 )
simplifica
simplifica
simplifica
simplifica
simplifica
decía un libro que me gustó mucho en su momento.
Simplicidad interior pero también exterior, simplicidad que voy a intentar que se note no sólo en mi vida, en mis planes -en mis gastos!-, sino también en el blog y en las cosas que os vayamos enseñando.
A ver si lo conseguimos…
Y vosotros, nos contáis cómo queréis ser en el año que estamos empezando? Porque no se trata sólo de cómo queramos que sea el año, ojalá sea estupendo para todos, si no de cómo queramos ser nosotros!