Menos mal que enciendo el ordenandor después de una siesta (a las 12 de la mañana aprovechando la de Carlos), me encuentro estas fotos y, de repente, me animo:
Si aún tengo muchas cosas que enseñaros! Y me entran ganas de volver a hacer cenas en casa, ahora que viene una época que me encanta para aprovechar el jardín y, además este año, tenemos porche!
Definitivamente hay que inagurarlo, tenemos muchas invitaciones pendientes…
Voy retocando las fotos (muy malas y muy oscuras, sí, pero es que entre que no sé hacer fotos de noche, no me gusta el flash y que cuando hago una cena en casa al final siempre me entran las prisas y le dedico 3 minutos escasos al «reportaje»… ),
y me voy animando. Y voy apuntando la lista de gente a la que quiero invitar (T. L. tranqui que tú estás el primero!) para cuadrar fechas,
Menos mal que aún tengo cosillas del año pasado sin publicar ;)! Esta cena fue un poco más formal pero pronto os enseño otra más divertida y que se prepara en un momento.
Aquí, como aún no habíamos ahorrado para el porche usamos unos muebles que heredamos de nuestra casera y que este año hemos vuelto a encolar a ver si dan unos cuantos veranos más.
Los 2 cajones del escaparate de Springfield, una mesita vieja de mi madre; telas antiguas, velas y nuestras luces de verbena,