Hace unas semanas estuvimos de fin de semana campestre de primos, una reunión ita-ita-ita, familia-Tortosita de la que sólo os habíamos enseñado el postre ;)!
Bueno pues entre charlas profundas, canciones, bastante comida y aún más risas, en uno de los paseos que dimos nos dedicamos a rehabilitar algunas de las majadas que íbamos viendo, cuál nos gustaba más a cada uno, de ésta las paredes, aquella parece que tiene mejor el tejado o que tiene medio hecha una alberca para los días de calor…
De hacerlas se iba a encargar, obviamente, la prima pequeña, arquitecto (o casi) y a la que envié a la vuelta esta rehabilitación de un establo en una finca de Estremadura, para que se hiciera una idea de lo que yo quiero que me haga algún día:
¿veis? mejor con algo para refrecarse en verano 😉
por cierto siguen encantándome esas sillas,