Si tengo que elegir una comida del día, sin duda me quedo con el desayuno. En casa, en la calle, en la cama…
Cuando vivía en Madrid, los fines de semana que no salíamos por la noche, al día siguiente nos íbamos a desayunar por ahí. A Harina, Mamá Framboise o alguna pastelería de las que nos gustan y nos pasábamos la mañana del sábado charlando con una buena taza de café, o de chocolate caliente en mi caso 😉
Otros sábados, hacíamos el desayuno en casa. A mí me encantaba poner la mesa bonita. Si no teníamos mantel, improvisaba con un mantel blanco y unas tiras de papel craft, para darle un poco de color…
y al lado un pequeño buffet para que cada una se sirva lo que le apeteza… Café, zumo, bollería, tostadas, churros…y a veces cuando tenía tiempo hacía un bizcocho.
Con pequeños manteles de diferentes tipos para darle un poco de color a la mesa. Gracias Cris por el préstamo 😉
Otras veces, cuando mi hermana y #elhombremásguapodelmundo venían a verme, como yo madrugaba (esa época en la que tenía que madrugar, ahora trabajando desde casa, aprovecho para estar un poquito más en la cama) les dejaba el desayuno preparado para cuando se levantaran.
Unas veces en la cocina, con algún detalle como las tazas con sus nombres, y otras veces se lo dejaba en el salón, para que pudieran disfrutar de las maravillosas vistas que teníamos en esa casa.
Como no sabía a que hora se levantarían, tapaba la bollería con un poquito de plástico para que no se secara. (Estas cosas las he aprendido de mi madre, que siempre cuida hasta el último detalle, y te hace el zumo de naranja justo antes de que te lo tomes para que no se vayan las vitaminas).
Café recién hecho, un poco de fruta para manterse en forma, y coger fuerzas para disfrutar el resto del día.
Echo mucho de menos esos planes. Desde que estoy en Sevilla no he podido hacer ningún desayuno (ellos no vienen a verme, con eso de que yo voy todas las semanas) y paso muy poco tiempo en casa, así que la mayoría de veces desayuno en un hotel, o me preparo una bandeja en casa para desayunar en la terraza.
Esté donde esté, siempre intento disfrutar del ratito del desayuno, mientras leo mis blogs de cabecera.
Perdonad la calidad de las fotos, en esa época nunca pensé que tendríamos un blog y mucho menos que verían la luz.
Aunque no os lo he contado la semana que viene me cambio de casa, y prometo organizar un buen desayuno para mis amigas y hacer fotos en condiciones.
Y vosotros, ¿disfrutáis tanto como yo de esta comida del día, o sois de los que tomáis un café rápido y a trabajar?
