GRACIAS 2013, TE HAS PORTADO!

No podíamos decir adiós al 2013 sin antes hacer un pequeño balance del que ha sido UN GRAN AÑO.

Porque 2012 nos regaló el peor final de todos… Y 2013 nos ha compensado con creces; Ahora tenemos un ángel de la guarda, que nunca pensamos que nos podría cuidar y mimar tanto desde ahí arriba, que nos podría mandar tantas cosas buenas, y otro ángel con nosotros, un angelito que nos hace ilusionarnos cada día y que nos deja el mejor sabor de boca que se puede pedir para terminar un año que ha sido, en una palabra, INOLVIDABLE.

Ha sido un año de cambios,  de todo tipo; cambios de ánimo, empezó con una tristeza que no conocía, pero tuvimos que hacernos amigas por un tiempo. Y fue duro… ¿quién dijo que no? Recuerdo los domingos de vuelta a Madrid, último ave de las 22h, mucho frío, abrazos de despedida y lágrimas…mensajes de ánimo de Mamá, de amigas, durante un mes necesité dormir con las que han sido mis 2 hermanas adoptivas. Me turnaba para dormir una noche con cada una, y poder hablar hasta quedarme dormida…Eso une más que 100 fiestas temáticas! 😉

Los primeros meses del año surgió la idea del blog, este que tantas alegrías e ilusiones nos ha dado. También nos ha quitado horas de sueño. Compensa. Esto no tendría sentido sin vosotros, que nos habéis animado cada día y ayudado a pedalear con fuerza. GRACIAS, GRACIAS Y MIL GRACIAS por seguir ahí, siempre al otro lado.

Cambios de vida. Punto de inflexión. Entrevista para un puesto en Andalucía. En serio? Si, las oportunidades llaman a tu puerta cuando más las necesitas. Y pasas una fase del proceso, y otra y otra. Y vuelve el MIEDO. Madre mía. Si llevo 7 años en Madrid y aquí estoy muy bien. Pero me lanzo. Esa oportunidad vino desde ahí arriba y era MI OPORTUNIDAD. Más cambios.

De rumbo, de ciudad, de trabajo. Y te ilusionas. Un viaje a Brasil de despedida con amigas. Un paréntesis para coger fuerzas para todo lo nuevo.

Nueva vida. Nuevos retos. Formación de 15 días en Galicia. Me ilusiono. Y al llegar, nunca se me olvidará ese momento; estábamos visitando la fábrica de cerveza y recibo un mensaje de mi hermana. Porfa, reza hoy mucho por mí. Dejé de escuchar. Solo rezaba y no sabía qué pasaba. Pero si ella lo necesitaba, no iba a hacer otra cosa. Me puse a llorar y creo que mis compañeros debieron alucinar sin conocerme de nada y yo ahí en mi “burbuja” rezando…Y después de 3 interminables horas…esa llamada. Estaba embarazada! Había escuchado el latido de su segundo niño por primera vez. No me lo podía creer. Había llegado en el momento que necesitábamos, cuando empezábamos a coger otra vez la bici, y pedaleábamos con más fuerza que nunca. Y es que cuando te esfuerzas, cuando quieres avanzar, la vida te ayuda. Vaya si te ayuda. Y respiras.

Pero hemos aprendido que hay que estar preparado para todo y de repente nuestra bici se estropeó. Hubo complicaciones durante el embarazo y fue inevitable volver a tener miedo. Mucho miedo. Y este es un miedo muy diferente al miedo de los cambios de trabajo o de ciudad. Y mucho peor. Pero no quedaban más opciones que seguir pedaleando con más fuerza y confiar en nuestro Ángel de la guarda. Fueron muchas pruebas, muchas noticias buenas y malas, pero nosotras seguíamos confiando. Y mandando toda nuestra energía al enano, que nos tranquilizaba con sus pataditas diarias.

Sin duda una montaña rusa de emociones… con el mejor final de todos. CARLITOS. Nos has devuelto la ilusión! Nos has devuelto la sonrisa y cada minuto que pasamos contigo, es mejor que el anterior.

Y cuando crees que no puede haber nada más en el año, una de mis hermanas adoptivas, con las que he pasado muchas, muchísimas noches de fiesta y otras muchas, muchísimas de charlas, de lágrimas, de abrazos y de pelis, me dice que se viene a vivir a Sevilla, a disfrutar juntas del SUR. Y si todo sale bien, volveremos a compartir noches de insomnio 😉

Y si todo esto fuera poco, también me quedo con todas esas personas nuevas que he conocido, personas muy especiales que pasan a ser imprescindibles en tu vida, personas con las que brindar una tarde de verano y que te hacen el día a día más fácil. Y nuevas amigas, amigas que en poco tiempo, te demuestran mucho…En una ciudad en la que ojalá pueda vivir muchos años más.

Creo que poco más se le puede pedir a un año, y es que ya lo dijeron los Wonder…que 2013 iba a molar mucho!

Sin duda lo hemos vivido,  lo hemos soñado, lo hemos bailado y, cómo no, lo hemos DISFRUTADO.