Siempre da algo de pena despedirse de una casa, ¿verdad? Aunque desde el principio sabíamos que era una casa provisional (un triplex, lleno de escaleras no es el sitio más seguro para bebés, niños pequeños, etc. ¿no?), aunque el cambio creemos que es para mejor, ¡por supuesto! y la nueva casa la hemos hecho a nuestro gusto, hemos pensado cada detalle, nos hemos permitido caprichos que siempre nos llamaban la atención en otras casas… aunque tuviésemos mucha gana de este cambio, la verdad es que da pena.Han sido 4 años muy buenos y poco a poco la habíamos convertido en nuestro hogar. La hemos disfrutado con amigos, con familia, nosotros solos y yo, sola, también muchísimo; despertame con tanta luz, desayunar con vistas, las mañanas delante de mi ordenador en un rincón tan alegre, el solecito en la terraza… mi casa me gustaba. Y mucho. Ahora, en la casa nueva, echamos de menos ese algo que tienen las casas vividas… todo llegará ;)!Para que no se nos olvide nunca lo felices que hemos sido allí, antes de irnos hicimos fotitos a todos los rincones.Hoy os dejamos la planta de abajo, nuestro dormitorio:Muy blanco, ¡me encantaba! con luz, vistas al reloj de la estación en el que veíamos la hora desde la cama porque lo iluminaban por la noche,mi mesilla de noche, un libro para inspirar nuestra casa nueva, y una caja de una tienda de barcelona que nos encanta, para guardar «tesoros» 😉la de #elhombremásguapodelmundo, nos tocó rezar en mchas ocasiones…¡nuestra camita!algunas objetos a los que les tenemos cariño,mi ramo de novia,
Y por último, la habitación más caótica de la casa 😉 ;), el vestidor!eso sí que lo voy a echar de menos…Pero bueno, nada de poner cara de limón que ya encontraremos sitio para meter las cosas en la casa nueva… digo yo…Otro día seguimos con las otras plantas, que se hace tarde y hay que cumplir propósito de descansar más.Hasta mañana!