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La hora del mojito… de sandía!

Para empezar una semana que se prevé muuuy intensa, un post facilito de esos que teníamos guardados desde el verano pasado ;), desde que vimos en el blog de Mr. Wonderful esta receta de mojitos:

Mojitos de sandía

Ingredientes:

Preparación:

Primero troceamos la sandía y las limas, y en un vaso ancho pusimos 3 trocitos de sandía, 3 trocitos de lima, 3 hojas de hierbabuena y 3 cucharadas de azúcar moreno (aviso que sale bastante dulce!)
A continuación machacamos suavemente con el mortero (no demasiado, como dice Angi, para que luego no se atasque la pajita) y añadimos hielo picado y 2 chupitos de ron.

Ya sólo quedaba agitar bien, si tenéis coctelera mejor que mejor, y terminar de llenar el vaso con más hielo picado y soda.

Decoramos con los banderines y etiquetas que nos regalaban estos chicos tan majetes y…

ohhh, no hay fotos del resultado!

Las cosas del directo, los mojitos los hicimos ya a unas horas en las que no había ni mucha luz ni muchas ganas de hacer fotos, pero os imagináis el resultado…

 

Por supuesto nada que ver con este bote tan mono que les salía a ellos, jajaja!

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#LosmartesconCarlos; El año que aprendimos a vivir contigo

En menos de una semana, si Dios quiere, Carlitos cumplirá 1 año! 12 meses que sin duda han sido los mejores de nuestras vidas, pero que también tienen sus momentos menos buenos, como siempre que te enfrentas a una situación nueva y tienes que adaptarte.

Hay quien se casa por ejemplo, o empieza a salir con alguien, y al principio todo es maravilloso, y es al cabo de un tiempo cuando empiezan a surgir roces y problemas por las diferencias de opinión, porque no te apetece pasarte la vida cediendo en las mismas cosas que al principio no te importaban…
Y otros lo hacemos justo al revés; para mí los comienzos siempre son lo más difícil, porque empiezo dando mi opinión el primer día, plantándome en lo que no quiero pasarme el resto la vida haciendo y «exigiendo» desde el principio. Suena chungo, lo sé, pero cada uno tiene sus manías… Al menos lo sé, y sé que es una racha en la que hay q amoldarse y que luego todo va mejorando…
(Aquí siempre me acuerdo de la historia del burro que te espera en la puerta de la Iglesia y le hago un guiño a una estrella)
Igual si  empiezo una carrera, o me cambio de casa… Los primeros tiempos no son los de la ilusión, son los del realismo de ver todos los fallos y lo que no me gusta. Luego solo queda mejorar 😉
Pues esto ha sido igual. Hace 11 meses el #hombremásguapodelmundo no sabía cambiar un pañal, le daña miedo sostener a un bebé, no tenía ni idea de lo que comen, ni de porqué lloran, ni cómo calmarles. Y yo tampoco.
¿Por qué todo el mundo asumió que yo iba a aprenderlo y para él es todo un mérito? Pero bueno, eso es otra historia, cada uno organiza su vida como quiere o como puede y yo desde luego sabía algunas cosas que quería… Quería una vida a medias, un equipo, un hijo de los 2, para cuidarlo entre los 2, disfrutarlo entre los 2 y quererlo entre los 2. Y no me gustaba la frase de que los hijos son de las madres. Y sigue sin gustarme, ni un pelo.

Mr. Wonderful
Y yo le he dado el pecho al enano, ¿eh? (Que es la excusa que muchos ponen, eso y la baja maternal…) Todo lo que he podido, y de hecho sigo dándoselo, con todo el apego (y la dependencia) que eso implica. Pero alimentarlo es una parte pequeñísima de lo que un niño necesita y todo lo demás, hoy puedo decirlo, lo hacemos los 2, entre los 2. O unos días uno y otros el otro, incluso muchos días uno y pocos el otro, pero sabiendo que el peso se lleva entre los 2. Que me puedo ir un mes, o 2 días o morirme (bueno, si te mueres no es tanto problema, siempre habrá manos para ayudar en situaciones límite), lo malo es irte un fin de semana de viaje con amigas o una semana de curso, y saber que no tienes que dejar nada preparado, que Carlitos va a seguir exactamente igual (espero que me eche de menos un poco 😉 ) va a tener su ropita limpia y planchada, y sus papillas hechas y previstas, y baberos cuando los necesite, y va estar igual que cuando estoy yo… pero más divertido porque papá juega mejor a coches y motos, y más abrigado aún, jajaj!
En estos meses nos hemos peleado mucho, más que cuando nos casamos incluso, porque ahora, además de adaptarnos a vivir con otra persona, resulta que la personita en cuestión es aún más exigente que su madre (jeje, la llevamos clara, y yo que quería que saliese a papá en el carácter…)

Y el cansancio añadido mina la paciencia, agria el carácter, empeora las contestaciones y te deja con menos fuerzas para reconciliarte.
Puedo colgarme la medalla de haber puesto más interés en ser un equipo, en que los 2 supiéramos hacer las cosas, en que los 2 estemos pendientes (de la cita del pediatra, de lo que falta en la nevera, de cuando hay que comprar pañales, de lavar a mano el bodi si al día siguiente hay que ponérselo otra vez, de que si nos vamos un fin de semana a la playa alguien tiene que hacer la maleta del niño que aún no se la hace el sólo!), en llevar el peso entre 2. Tengo paciencia para esas cosas (no paciencia para no enfadarme, de esa no ;), sino paciencia para día tras día luchar por cosas que a mi alrededor me decían que diera por perdidas, los niños son de las madres…), fuerzas para enfadarme 300 veces cada día y para darme cuenta de toooodo lo que falta por hacer a los 3 minutos de haber entrado en casa. Y para no sentarme hasta que no esté hecho entre los 2, aunque eso implique sentarme muy pocas veces, porque a veces se tarda más que en hacerlo tú mismo… Si, yo me he empeñado en esto y ahora puedo decir que creo que es posible.
Pero no me adjudico el mérito, qué va… Mucho, muchísimo más importante que todo eso ha sido la disposición, la actitud, la buena voluntad  del #hombremásguapodelmundo. Eso sí que es paciencia :)! Todo lo que yo me he esforzado en aprender (qué se le echa a las papillas, cada cuanto se le dá de comer, cómo se quitan las manchas, porqué llora por las noches) todo, es poco importante al lado de la buena voluntad. Ese es el arma del #hombremásguapodelmundo y al final, le funciona!
La eterna discusión: 
– Porque, tú sabes cómo hay que hacer esto-léase cualquier cosa del enano o de la casa-, te has preocupado por aprenderlo, has preguntado o mirado en internet o has probado? 

-No, pero tengo buena voluntad, no lo sé pero me gustaría aprenderlo.
Y aunque en ese momento yo eche sapos y culebras por la boca sé que en el fondo, ése es el camino.

 Y él también lo sabe 🙂
 Este primer año ha sido el de la adaptación, el de ir conociéndonos los 3, el de encontrar ese camino, nuestro camino. El que nos gusta a nosotros (y no tiene porqué parecerle el bueno a nadie más) y el que, ahora sabemos, nos hace felices.

No es fácil, o al menos no me lo parece a mí, hay que esforzarse para encontrar sendas que sean a la vez propias y compartidas, pasarse a ratos a las del otro, hablar, hablar y hablar. Y enfadarse a veces ;). 

Y no creer nunca que las cosas son así, es lo que hay. Si eres de los que no te importa conformarte, mucho mejor para tí, y para la otra persona, si es de verdad. Pero si crees que no es tu forma de ser feliz… Inténtalo de otra manera.

Merece tanto, tanto la pena…

Y sí, definitivamente  

DE MAYOR QUIERO QUE SEAS COMO TU PAPÁ,
tendrás muchas papeletas para ser feliz, y hacer felices a los que te rodean