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#losmartesconCarlos; Berlín con niños III

Este post va especialmente dedicado a nuestra prima R., que dice que qué es eso de tirar de fotos de archivo (léase fotos de un viaje de hace 6 meses) cuando no tenemos nada actualizado para #losmartesconCarlos…
pues a ver, la vida, que a veces no da para todo!

Así que hoy la tercera y última entrega de nuestra escapada a Berlín con el enano; el último día…

Aquel en el que hubo tiempo para volver a los sitios que más nos habían llamado la
atención, 

 para pasear por el parque,

 

para hacer el tonto,
otra vez?si, otra
vez, 

 para dar paseos tranquilos… 

 y bien abrigaditos! 

 para jugar,

 para
tirarnos por una cuesta de nieve!

 hasta para pelearnos un rato hubo tiempo, pero shhh, que esas cosas por lo visto no se cuentan en los blogs 😉

Fue el único día que sacamos la cámara, y la verdad es que
se nota! sólo estuve a punto de perder un par de dedos (con guantes no
soy capaz de manejar los botones) y tuve que meterme 2 veces en una
tienda a ver si mis manos se dignaban a responder:

  Y ya de noche…

 volvimos a visitar el mercadilo navideño que más nos había gustado, quizás el más típico: 

 

 En definitiva, un viaje muuuy frío en el que el que mejor se portó, claramente fue

 este osito!

  Así que repetiremos la experiencia, sin duda!

Auf wiedersehen Berlín!

Podéis recordar el resto del viaje aquí y aquí 😉

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#losmartesconCarlos; Viajar con niños y muuucho frío BERLÍN 2014

Antes de que se pase el frío y el post ya se vea antiguo, je je, os vamos a enseñar algunas fotos de nuestro viaje a Berlín. Nos fuimos el puente de la Inmaculada (hacía rasca, sí) para celebrar mi cumple y el de Carlitos y para experimentar cómo es eso de viajar con un bebé de un año…

Como todos nuestros post de viajes, son más visuales que otra cosa, porque hacemos muchas fotos; verlas siempre te vuelve a transportar a esos momentos y es como si volvieras a viajar un ratito… y al fin y al cabo, ya hay miles de post por la red de consejos para viajar con niños y nosotros no íbamos a aportar nada nuevo (cuando cumpla mi sueño de dar la vuelta al mundo con los niños a lo mejor ya me siento más experimentada 😉 )

 Eso sí, la flexibilidad y la paciencia hay que estirarlas muucho cuando viajas con ellos; al fin y al cabo, el suelo del aeropuerto no tiene porqué ser un lugar más sucio que otros para gatear… para que os hagáis una idea, llegamos al hotel a las 2 a.m. y a -9ºC y cuando viajamos low cost somos más de coger trenes con transbordo (si, a las 2 de la mañana también) que taxis, e, ignorante de mí, pensaba que en los aviones no se pueden pasar potitos por eso de los líquidos así que ese día Carlos probó por primera vez el pollo con zanahorias y puré de patatas, ese tan rico que suelen poner en los aviones…

Quizás el que se armó de paciencia y flexibilidad fue él!
El pobre cuando llegamos a la habitación del hotel y le trajeron una cuna, aplaudió…

Eso sí, durmió como un auténtico angelito 🙂

Buenos días Berlín!!

La idea era salir tempranito y bien abrigados para aprovechar las horas de luz,

y el primer día hicimos un free tour para hacernos una idea de la ciudad; es algo que cada día me gusta más porque además de una visión panorámica, siempre te llevas un montón de anécdotas y recomendaciones para el resto del viaje,

Carlos entre el frío, las miles de capas que llevaba, el croissant que también había descubierto por primera vez en el desayuno y el plástico ese que le poníamos para cortarle un poco el aire, pensó que lo mejor era echarse una siesta

 y dejar que nosotros conociéramos un poco la historia de la ciudad a través de sus  calles,

sus edificios,

y sus tiendas decoradas de Navidad:

Y después de una mañana muy bien aprovechada, cuando se fue la luz decidimos entrar en un centro comercial gigante,

 Le tocaba el turno de diversión al enano!

Que seguro que ya estábais pensando que para ser un viaje con niños nos estábamos pasando de monumentos 😉

Pero noooo; hubo tarde para comer, gatear, montar en carrusel, pensar lo que íbamos a pedir a los reyes,

pasar muucho rato en una tienda gigante de manualidades,

 aunque ahí no sé si disfrutó más él o nosotras…
En fin, que el resto de la tarde se nos pasó entre juegos, clips gigantes y risas,
Y por la noche no podía faltar un paseo por los mercadillos navideños! 

Entre la decoración, los villancicos,

los dulces que podías probar en cada puesto,

y las miles de lucecitas, hasta Carlos estaba encantado con el ambiente!!

y colorín colorado, este día se ha acabado!!