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#losmartesconCarlos; Pensando en alto mientras cocinamos

Que #losmartesconCarlos están cambiando es algo que seguramente ya habréis notado; publico menos fotos actuales, tiro de archivo, etc. y no es que ahora no haga planes con él, al revés, en mi opinión ahora hacemos cosas mucho más divertidas! Pero entre que yo tengo menos energía y él tiene muchíiiisima más (si esto era posible) tengo más fotos de móvil y  movidas que otra cosa.
Y encima cada día intento proponer menos, lo dejo más a él decidir a qué vamos a jugar y claro, no suelen salir DIY muy estructurados como para hacer un post 😉
Si queréis otro día os cuento mi opinión acerca de la importancia del juego libre, que la semana pasada fue el día internacional del juego pero como estábamos de feria, se nos pasó.

Ahora lo que más le propongo son recetas, porque es algo que a los 2 nos divierte, él está un ratito sentado, que no viene mal, y aprovechamos para hacer la comida o algo para desayunar.

Y cómo es que le propongo menos cosas, es por falta de interés o de iniciativa? Pues que va, es precisamente por lo contrario, porque cuanto más leo acerca de crianza más cambio la forma que yo tenía de ver las cosas.

El otro día hablaba con una amiga que no se puede juzgar a nadie (más de lo mismo, sí, pero no viene mal recordarlo de vez en cuando), ni siquiera se puede decir cómo actuarías tú en una detarminada situación, porque hasta que no estás en ella, con todos sus condicionantes detrás, no lo puedes saber 100%.

Bueno, eso lo decía ella, porque yo con esto último no estoy del todo de acuerdo; sí en muchas situaciones pero en otras creo que no. Creo que sé lo que haría. Creo.
El caso es que le conté que yo estoy siendo una madre muy muy diferente de lo que siempre había pensado. Mucho más «permisiva», mucho menos estricta. Y lo «peor» de todo es que me gusta.
De hecho me dedico a buscar lecturas y sitios donde aprender a ser menos estricta aún.
A que me enseñen, porque yo no sé.

Que me enseñen, por ejemplo, a controlar el enfado; Carlos aún es pequeño y no me enfado con él pero conociéndome y viendo/sospechando el camino que lleva su carácter, los choques entre nosotros no van a ser nada raro. Y no quiero pasarme la vida enfadada con él, no quiero que esa sea mi forma de criarlo.

Resulta que yo creo que en el carácter ha salido a mí (ojalá me equivoque) y, por una parte aunque esa sea su carga genética, no quiero que se una mi mal ejemplo, y por otra, creo que la que tengo que hacer el esfuerzo soy yo, puesto que soy la mayor, la más madura de los 2 -en teoría- y la que he decidido traerlo a este mundo sin preguntarle a él.

Así que hoy por hoy, pretendo aprender a ser yo la que no se enfade, la que mantenga la calma y respete más sus emociones… a ver qué soy capaz de hacer. (Detrás de esto hay toda una reflexión acerca de darle a los niños un sitio al mismo nivel que el tuyo… larga y compleja aún para mí)

Al menos siempre tengo tiempo de cambiar de opinión 😉

Y hasta aquí mi reflexión maternal de hoy, jjj, os dejo unas cuantas fotos más de Carlos haciendo esta receta de la pizza más fácil del mundo.

Sólo llegamos hasta extender la masa porque en el momento de poner el tomate frito (que para más inri era la primera vez que lo probaba) coger el móvil sin que acabara sumergido en salsa de tomate se convirtió en algo muy poco probable. Pero fue la parte más divertida, claro.

Ya seguiremos con estas charlas, de las que me encantaría saber también vuestra opinión (como ya hemos dicho otras veces, lo mejor sería alrededor de una mesa y con un café delante pero a falta de rato…)