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Paraísos sencillos

¿Cómo se presenta la semana? La nuestra con muuuchas ganas de  vacaciones, arena, playa, relax… que se nos han acentuado al ver  este «ranchito uruguayo»:

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Pequeño y de construccion humilde, permite disfrutar de unos lujos
que muchas casas quisieran; desayunar con el mar casi refrescandote
los pies

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sobremesas como si hubieses ido con la sobrilla, la nevera,
las sillas, la tortilla y la sandía a la playa, pero un poco más
cómodas ;),


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o eternas siestas como las que evocan esas camas… y ese libro… (Emoticono con lágrimas)

Creo que esta casa, sin nada tan especial, nos ha gustado por lo que nos recuerda a nuestro veraneo (el estilo de la casa no, jeje, vaya por Dios) pero sí su cercania al mar… dormirte pensando que las olas pueden llegar a chocar contra tu ventana y, por supuesto, el turquesa de las puertas y ventanas!!

Y este año a lo mejor no pisamos el paraiso…

Los interiores, con suelos de cemento, blanco por todos lados (siempre hemos hablado que nuestra casa de la playa, con un par de cubos de los grandes de titanlux blanco cambiaría tanto!) y cortinas de lino, arpillera o yute, transmiten tranquilidad y reúnen algunos de nuestros must;
La cama con dosel
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Chimenea… y ese sillón!

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O una barra con taburetes altos y focos de ferroviario (quiero unos focos así pero no les encuentro su sitio en casa!)


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fotos: Habitania

Podéis encontrar el ranchito en Jose Ignacio, antiguo pueblo marinero que hoy es uno de los balnearios mas en boga de Uruguay; «Bienvenidos al paraiso», nos invita su decoradora… 
Porque a veces, los paraísos son muy sencillos.
Si al final vamos unos días al «nuestro», prometemos al menos un post de fotos. Y mientras, a por la última semana antes de las vacaciones, ¡que os sea leve!
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Un escritorio para mi cuarto…

Ahora trabajo desde casa (ya os contaremos en otro post, ventajas y desventajas de trabajar desde casa) y necesito tener un espacio dedicado a eso.  Aunque viajo mucho,  el tiempo que estoy en casa no me gusta trabajar desde el sofá, o el salón. Prefiero tener un sitio en el que me pueda concentrar, entre mucha luz y pueda estar sola. Al ser un piso compartido, no hay habitaciones vacías donde hacer un pequeño cuarto de estudio/despacho (ya me gustaría); así que tiene que ser un rincón pequeñito de mi habitación.

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He pensado poner una mesa hecha con 2 caballetes y un tablero.

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Estéticamente me gusta mucho como queda y además ocupa poco espacio.

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No sabía si poner los caballetes color madera, como éstos…

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O de color blanco, como éstos:

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Al final y con ayuda de mi hermana y mi madre he comprado los blancos de Ikea, que además de tener buen precio, son muy útiles porque tienen unas baldas abajo, perfectas para colocar una impresora y papeles varios.

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Ahora queda el tablero, que no estoy segura si ponerlo de cristal o de madera…

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Y una vez que tenga el escritorio, quiero ponerlo bonito y acogedor, para además de trabajar ahí, poder sentarme a la hora de escribir el blog, hacer algún curso online que tanto nos gustan, o simplemente navegar por internet en busca de ideas.

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Prometo enseñaros el resultado a ver que os parece 😉

Todas las imágenes podéis verlas aquí.
¡SI, ya es jueves ;)! Las semanas vuelan…

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Que el amor dure tanto como estas flores

Volvemos a empezar la semana con una manualidad de ésas que tanto nos gustan…

El año pasado se casaron algunas buenas amigas y una de ellas celebraba su pedida lejos (lejos de nuestra ciudad, lejos de donde se celebraba la boda y lejos de donde estábamos veraneando). Vamos, lejos de todo. Y nosotros, que queríamos mandarle su correspondiente ramo de flores para que nos sintiera cerquita en un día tan especial, no sabíamos si las flores iban a llegar vivas (porque además, era en agosto!) así que decidimos hacer un ramo no perecedero…

¡Manos a la obra! Necesitamos lana de colores,

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y con ella hacemos varios pompones como los que hacíamos en el cole. Para el que no se acuerde, aquí os dejamos un tutorial con la clásica técnica del cartón, o si queréis hacerlos pequeñitos, otro tutorial más sencillo aún.
Cuando tengamos listos nuestros pompones, buscamos unos palitos de algún árbol seco que encontremos y los pegamos para hacer las «flores»:
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Son como dientes de león pero no tan frágiles 😉
Ya sólo nos queda «el jarrón». Con un tubo de cartón de los que se usan para enviar documentos por correo, lo cortamos a la medida que nos venga bien y lo decoramos -cintas, tiras bordabas… y el día D, cómo no, con nuestra querida Dymo-.
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Una etiqueta de Mr. Wonderful para que el amor dure la tira…

imageY aquí tenemos el resultado final:

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Un ramillete para animar cualquier rinconcito de vuestra casa y sobre todo… que no hay que regar!!