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Un destino de invierno: Soria

Justo hace 3 años aprovechamos este puente para hacer un viaje que en unos días repetiremos…
Partimos con un ánimo bastante distinto, los que nos sigáis desde el principio recordaréis porqué; quién nos iba a decir que la próxima vez que fuesemos en invierno lo haríamos con 2 niños 🙂

Sin embargo resultó una escapada más divertida de lo que en un principio pensamos, a pesar del frío y la nieve nos hicieron unos días estupendos, hubo tiempo para sitios típicos,

como la ermita de San Saturio, los arcos de San Juan del Duero,

 

 ¡mi ermita preferida!
Para turismo gastronómico, para largas charlas…

Un equipo muy bien compenetrado, donde unos ponían ganas de aventura otros ponían prudencia, y así nos vimos, una excusión de yo qué sé cuántas horas montaña arriba, rodeados de nieve y con la misma ropa que me pongo para ir de paseo por Córdoba :/

 (los aventureros-locos querían subir y los prudentes decidieron que en coche era muy peligroso asi que… a trepar!)

Pero mereció la pena ver la Laguna negra completamente helada, @elhombremásguapodelmundo se emocionó tanto que quiso llegar hasta el centro andando sobre la capa de hielo, 

¡qué valiente ;)!
La verdad es que pasamos unos días muy buenos,

En unos días repetimos plan y nos apetece mucho, yo siempre he pensado que a los sitios fríos hay que ir en invierno, y en  verano… a la playa ;)!

A ver si esta vez nos llevamos la cámara -que estas fotos son de móvil- y a la vuelta hacemos una guía de viaje de Soria por si os animáis a hacer una escapadita por allí.
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#losmartesconCarlos; Costa Amalfitana I

Como fue una escapadita corta pero muy bien aprovechada, la hemos dividido en varios post para poder ir recomendando alojamientos, sitios para comer, paseos, etc.

Así que hoy la primera parte…

 Esta vez no hubo problemas con el tamaño del equipaje de mano 😉

 y desde luego el trayecto fue muucho más entretenido!

 Como ya os contamos aquí, nuestro hotel no estaba exactamente en la costa así que decidimos alquilar un coche (que ya nos venía bien puesto que volamos a Nápoles) y el primer día salimos a explorar la costa sin un rumbo muy determinado,

 Llegamos hasta la bahía de la Conca dei marini en busca de la Gruta de la Esmeralda, muy recomendada por otros viajeros pero que la verdad, a nosotros nos decepcionó bastante;

una gruta pequeñita que se recorre en barca en menos de 5 minutos y cuyo único atractivo son un poco los juegos de colores que provoca la luz del sol al filtarse por un agujero en la piedra.

 Vamos que lo que más nos gustó fueron las vistas desde arriba del ascensor!
Después dimos la vuelta para regresar a Amalfi donde hicimos una parada al borde del mar, justo debajo de Il Convento, el hotel donde nos habría gustado alojarnos,

para probar un poco de gastronomía típica 🙂

 Otra de las ventajas de viajar con niños a Italia es que en las comidas
aciertas seguro, y eso que Carlos come realmente bien pero la cara de
felicidad cada vez que veía pasta, pizza o helaitos

 Por la tarde un ratito de playa,

 casi todas a las que fuimos eran playas de piedras que al principio no le convencian mucho pero la verdad es que el agua estaba limpísimas y muy muy transparente y era un gustazo ver todo el fondo,

Nos dimos unos baños estupendos!

 Cuando pasó un poco el calor dimos un paseo por Amalfi que, además de lo bonito que resulta verlo desde el mar, lo más interesante son el Duomo y el claustro adyacente. El resto, pasear y pasear por sus callejuelas,

 (si puede ser sin carrito!)

Y asomarse a los distintos miradores a ver cómo van volviendo las barquitas al atardecer:

 A la vuelta paramos a cenar en Ravello y creo que fue lo que más nos sorprendió del día;

 Un pueblo encantador, un concierto de música clásica en los jardines de la Villa Rufolo,

 

unas vistas preciosas y otro hotel recomendable, Hotel Caruso 😉


La verdad es que después de todo eso no me extraña que acabáramos así:

El próximo día más recomendaciones!
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Un hotel en… SAMANÁ

Antes de que se vaya del todo el buen tiempo, o por si alguien tiene la suerte de estar planificando un viajecito a tierras más cálidas hoy os traemos la que para nosotros fue la mejor recomendación en República Dominicana, y eso que tuvimos muchas…

Un sitio que ya visitó Colón en su primer viaje! 
Al noreste del país y a pesar de ser cada día un foco más importante de turismo es una de las zonas que más vírgen se conserva aún; las largas playas salvajes, los hoteles más pequeñitos y cuidados, un interior muy auténtico y en general el ritmo más traquilo que otras zonas como Punta Cana –que también nos encantó, todo hay que decirlo– hacen de la Península de Samaná un destino muuuy recomendable para unos días de descanso ;)!
Nosotros nos quedamos con las ganas de ver las ballenas jorobadas, uno de los principales atractivos de la zona, pero ya os contamos que fuimos allí porque se casaban unos amigos así que la fecha era poco flexible.

 Pero con el hotelito que nos habían reservado nuestros amigos tuvimos suficiente compensación 😉

 Samaná Sublime

 Pequeñas casitas rodeadas de palmeras, interminables piscinas,

 camas balinesas, jacuzzi en las terrazas,

 

 decoración colonial

 y kilómetros de playa solitaria…

 ¿Qué más se puede pedir?

Ya lo decía nuestra camiseta;

Desconecta de todo y… 
SONRIE!

¿A quién no le han entrado ganas de estar allí tumbado ahora mismo?
Por si queréis seguir con los dientes largos tenéis más post de república aquí, aquí, aquí y aquí 🙂
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#losmartesconCarlos; «Nuestra casa de la Italia»

Nosotros no es que hayamos sido nunca de planear las cosas con tiempo pero este año, después de un principio de verano algo accidentado por los cambios de planes de última hora nos plantamos en la última semana de julio con muchas ganas de vacaciones y ¡sin saber a dónde ir!
Teníamos la primera semana de agosto reservada para hacer un viajecito los 3 juntos, ya que el resto de nuestro verano suelen ser planes más de familia amplia, con unos y con otros, y nos hacía ilusión pasar unos días los 3 antes de que la familia se ampliara un poco y el viajar se complicara durante unos meses.

Los requisitos eran fáciles; un sitio relativamente cercano (nada de
aviones largos), a algún país donde no me diera miedo ir
embarazada de 6 meses, que hiciese buen tiempo, que no hubiera planes
chulos inaccesibles para hacer con barrigón, ni largas palizas de coche en
las que Carlitos se desesperara; un viaje que lo pudiésemos disfrutar tanto Carlos como nosotros… y, claro está, que no fuera muy caro!
Este último requisito anulaba la mayoría de destinos a una semana de la temporada más alta del año,
así
que después de mucho investigar por la red encontramos una oferta en
Voyage privé para una zona que yo llevaba tiempo con ganas de conocer:

La costa Amalfitana

El destino era casi perfecto: cercano,
accesible, con buen tiempo, con planes de paseos y playa y encima…
muy bien de precio! claro, no era ninguno de los hoteles que yo habría
querido pero es que esos eran prohibitivos (el que quiera una lista de
hoteles muy en la línea de esa zona, se la podemos pasar pero sabiendo
que nosotros sólo fuimos a tomar algún café y a cotillearlos un poco 😉
)

En cambio dimos con un hotel que no estaba en la costa propiamente dicha sino en una aldea cercana a Salerno pero que resultó perfecto para el plan que llevábamos,

 Coche de alquiler, un niño pequeño;
excursiones de día, tranquilidad por las noches,

Villa Rizzo,

 Una villa italiana con su caserón, su piscina,

sus desayunos lentos,
sus cenas de queso y vino a la luz de la luna, sus frutales bien
cuidados, y hasta algún zorrito que se nos cruzaba de noche cuando
íbamos a la habitación!

Un hotel muy, muy kid friendly, con enormes habitaciones en las que además de nuestra cama había una camita y una cuna y sobraba espacio para ir con 5 niños mas 😉

Carlos disfrutó recogiendo avellanas que luego intentaba cascar, 

 paseando por allí como Pedro por su casa,

  
-nuestra casita de la Italia la llamaba-,

 arreglando el jardín, planeando barbacoas alrededor del fuego 😉

 
Un hotel en el que pasamos 5 días inolvidables, de esos que te recargan las pilas para el resto del año! (o casi 😉 )
 
En otros post os iremos contando las excursiones que hicimos y
 las cosas que más nos gustaron de la costiera…

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#losmartesconCarlos; Nuestro hotel kid-friendly a la orilla del mar

Los que nos seguís por Instagram ya habréis visto algunas fotillos del fin de semana pasado…

Organizar una fiesta cansa, y como mi hermana de eso sabe mucho, para que nos recuperáramos mi madre, Carlitos y yo, ya nos había avisado que nos invitaba a un fin de semana de playa y relax 🙂

Hasta el último día no sabíamos donde íbamos, sólo que necesitábamos bikini, cubito y pala y ganas de tumbarnos en la arena!

Y desde luego eso fue lo que hicimos mi madre y yo los 3 días mientras tía Ana hacía castillos y pescaba cangrejos con Carlos. 
Planazo!
La verdad es que el sitio nos sorprendió muchísimo! Yo ya conocía la playa y había comido en Sajorami pero nunca había entrado a la zona de las cabañas y no podía imaginar lo bien que se estaba allí!

Tienen 2 zonas diferenciadas, la de
habitaciones dobles, más tranquila, toda de casitas blancas con sus
hamacas para relajarse después de un día de playa, 

Y otra zona más para familias, con
una explanada de césped central alrededor de la que se distribuyen
cabañas de distintas capacidades y colorines, con sus mesas de picnic
para el desayuno, sus camas balinesas y niños por allí correteando todo
el día:

Y lo mejor de todo, por supuesto, es que al final del césped está la arena!
   
Un restaurante con una carta
bastante variada, desayuno con vistas,
 

y una zona de BBQ que no
necesitamos salir de allí en todo el finde!

Podéis ver todo la información sobre el hotel aquí

 

Y para los que no la conozcáis, la playa de Zahora es estupenda para todos los niños, para los más chicos por la mañana y a última hora de la tarde, con la marea baja y miles de pequeñas piscinas donde perseguir pececillos o buscar conchas, 

 y para los que son algo más mayores, las olas de por la tarde.

Aunque sin duda lo que más le gustó a Carlitos de todo el fin de semana fue el Sr. Bollo, los chicos que se pasean por la playa con una caja de dulces y tocando una campanita,

El se pasaba la tarde llamándolos,

 Sr. Bollo, veeeeeen
La verdad es que pasamos unos días estupendos gracias a tía Ana… 

Así que esperamos que se repitan ;)!
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#losmartesconCarlos; Berlín con niños III

Este post va especialmente dedicado a nuestra prima R., que dice que qué es eso de tirar de fotos de archivo (léase fotos de un viaje de hace 6 meses) cuando no tenemos nada actualizado para #losmartesconCarlos…
pues a ver, la vida, que a veces no da para todo!

Así que hoy la tercera y última entrega de nuestra escapada a Berlín con el enano; el último día…

Aquel en el que hubo tiempo para volver a los sitios que más nos habían llamado la
atención, 

 para pasear por el parque,

 

para hacer el tonto,
otra vez?si, otra
vez, 

 para dar paseos tranquilos… 

 y bien abrigaditos! 

 para jugar,

 para
tirarnos por una cuesta de nieve!

 hasta para pelearnos un rato hubo tiempo, pero shhh, que esas cosas por lo visto no se cuentan en los blogs 😉

Fue el único día que sacamos la cámara, y la verdad es que
se nota! sólo estuve a punto de perder un par de dedos (con guantes no
soy capaz de manejar los botones) y tuve que meterme 2 veces en una
tienda a ver si mis manos se dignaban a responder:

  Y ya de noche…

 volvimos a visitar el mercadilo navideño que más nos había gustado, quizás el más típico: 

 

 En definitiva, un viaje muuuy frío en el que el que mejor se portó, claramente fue

 este osito!

  Así que repetiremos la experiencia, sin duda!

Auf wiedersehen Berlín!

Podéis recordar el resto del viaje aquí y aquí 😉

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#losmartesconCarlos; Berlín con niños II

Si el primer día en Berlín fue para hacernos una idea de la ciudad, el segundo lo dedicamos a conocer el barrio que mas nos apetecía, Prenzlauer;

Era domingo y habia mercadillo en Mauerpark asi q
madrugamos (sí, con los bebés siempre se madruga) y nos fuimos en metro
hasta allí:

 
Primero un buen brunch en la calle Oderberguer, 

donde a cada paso encuentras un café apetecible,

  
¡Que se disfruta el doble cuando ves el frío que hace fuera!
  
Ñam, Ñam…

y una vez cogidas fuerzas, allá que nos fuimos a 8 grados bajo cero, a patearnos el mercadillo,

 

 lleno de objetos curiosos y «cosas viejas» de esas que tanto nos gustan,

  
   

A algunos el frío no les quitó las ganas de hacer el tonto 😉

 

  

 

Cuando no fuimos capaces de aguantar más frío, una paradita para calentar el cuerpo y…

Tarde de mercadillos Navideños!!

Carlos estuvo muy entretenido con las lucecitas de navidad y los villancicos, y un rato me quedé yo con él en una cafetería para que «estirara un poco las piernas» 😉 mientras los demás visitaban uno de los mercadillos más grandes:
  
Charlottenburg
 
Por último, y apurando ya el día, fuimos al Museo de la Topografía del terror,

Una prueba de que a los museos también se puede ir con niños, podéis ver lo interesado que estaba Carlos y os imagináis lo que nos dejó leer, jjj.

Un día largo y muy, muy aprovechado!